Por: Alejandro Castañeda
Twitter: @elaprendiz55

¿Por qué el trabajo de hoy ya no refleja el anhelo de muchos?”
“Las mujeres te cazan; ellas te escogen y no al revés”, decía el papá de un amigo. Igual pasa con los libros, te escogen, y no al contrario.

Como a ustedes, me encanta leer. Pasearme por pasillos de librerías deteniéndome ante ésta o aquella portada que, de improviso me brinca, me emociona. Así me sucedió cuando vi la imagen de dos palmeras tropicales, una hamaca y el consabido turista echado en ella como portada. Pensé: “la perfecta imagen del placer y el bienestar por vía del abandono de uno mismo wow”. Cavilando agregué: ¿Podría ser el sueño de una tarde de verano en el mar Caribe o, tal vez… un anuncio de “Corona?”. Concluí, “es un libro de viajes”. Tomándolo leí… “Escápese del horario rutinario de la oficina o centro de trabajo. Viva donde quiera y hágase parte de los nuevos ricos del planeta”. El libro: “The 4-Hour Workweek”. El autor: Timothy Ferriss. Huelga decir que el título captó mi atención, bolsillo y interés.

Texto adentro y horas después, encontré divertidas teorías para evadir ese castigo que heredamos cuando el “Todo Poderoso” nos corriera del “Edén”. ¡Si!… aquella bíblica vez que, para colmo, nos sentenciara al…: “¡Ganarás el pan con el sudor de tu frente!”. Desde entonces, no nos ha quedado más remedio que “trabajar y sudar” a fin de sustentar, proveer, y, ser parte de un sistema que lleva toda la eternidad mismo que parece tenernos a todos engrilletados. “Ganaras el pan con el sudor de tu frente “de sol a foco” y, en un sólo lugar.

El autor, a los cuatro vientos (caribeños) pregunta: ¿Por qué hemos de trabajar 8 horas si en 4 ó menos podemos acabar la tarea encomendada y ser libres y creativos después? ¿Por qué una semana de 5 ó 6 días, cuando en 2 podríamos haber acabado y logrado los objetivos y fijarnos otros? ¿Por qué hemos de trabajar toda una vida para jubilarnos en avanzada edad cuando podríamos “jubilarnos” una vez al año y regresar a trabajar? ¿Por qué no podemos usar la tecnología para subrogar tareas trabajando menos y con más inteligencia y productividad? ¿Por qué hemos de estar en un sitio físico cuando, la misma tecnología nos permitiría estar en otro y hacer lo mismo? ¿Por qué, digo yo, tenemos que seguir trabajando en formatos tipo “Era Industrial” cuando vivimos en la “Era de la Información”?

Ferriss, con el afán de sustentar sus teorías, cita la ley de Cyril Northcote Parkinson: “El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización”. Cuando llegué a esta frase, me detuve… como se detiene el ciego cuando su bastón pega en una protuberancia del camino y, cerrando el libro me dije: “¡Pero que cierto es esto por Dios!”. Yo trabajo, pensé, para llenar el tiempo que “aparentemente” se necesita a fin hacer la tarea que me encomiendo para ese tiempo, si tuviera menos, la haría en menos. Me muevo, seguí, por el tiempo que la sociedad, mi entorno, mi persona o las circunstancias me determinan. ¿Qué pasaría, concluí, si yo hiciera lo que tengo que hacer en el tiempo en que es posible hacerlo y… no en el que se supone?. ¿Ganaría tiempo y, qué haría con ese tiempo?. ¿Viviría como vive Tim Ferriss? ¿Bailaría tango en Buenos Aires y esquiaría en Bariloche?.

No sé si Ferriss está en lo correcto y/o las leyes de Parkinson son dignas de agarrarlas para una nueva religión laboral pero, me pregunto… ¿Es que aquellos que formamos la estructura laboral de nuestros países trabajamos como deberíamos? ¿Con felicidad y bienestar? o, ¿Trabajamos llenando el tiempo laboral como lo dicta la tradición en una empresa o institución? ¿Podemos delegar parte o mucho de lo que hacemos ganando menos pero viviendo mejor y obteniendo más tiempo libre en esta vida que tan corta es? ¿Podríamos hacer lo que hacemos desde otro lugar y ser igual de eficientes y… hasta más eficaces? ¿Tenemos derecho a la felicidad que según el libro tienen los “nuevos ricos”?

Entrevistas* a personas con horarios indican que: Un 80% que checan tarjeta, sólo se sienten productivos en un 40% del tiempo, el tiempo extra, manifestaron, les aprisiona**. 70% de los empleados cuestionadas en empresas con actividades de trabajo no directamente relacionadas con el cliente, confesaron alargar los proyectos (acorde al tiempo que les dieron para ello) durante el día o semana a efecto de sentirse activos y no confrontados por sus jefes. Un 70% de las personas que trabajan administrativamente para el gobierno, manifestaron utilizar el 50% o más del tiempo en provecho propio en relación a un 50% en el sector privado donde un 35% del tiempo es dedicado a intereses ajenos al trabajo.

America Latina sufre un altísimo déficit fiscal en parte debido a la actividad informal y me pregunto… ¿No será que estas personas serían menos informales y más productivas si controlaran su tiempo? y ¿No se incrementaría dramáticamente la actividad económica si, los encadenados a ganar el pan con el sudor de la frente lo hiciéramos sudando en el mar Caribe y sin la infame bola negra?

Es sólo una idea que me atrapó en un pasillo de librería.

*Los datos son redondeos de resultados de estudios sobre climas organizaciones aplicados por un servidor a lo largo de los años como consultor en empresas privadas y publicas en Latinoamérica y USA, complementados con estudios publicados en revistas especializadas.

**Deduzco que puede ser esta la razón de la intensa navegación en Facebook y otras redes sociales en las mismas oficinas.

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