En estos grises tiempos el consumidor no deja de adquirir lo que necesita, solamente se torna más cauteloso y estudioso requiriendo más datos y aseguramiento de referidos. Bajo estas dos premisas: “cautela y educación”, y según investigaciones de la “North Carolina State University”, las estrategias más exitosas han sido aquellas que apuntan al trabajo de promoción y posicionamiento en “clusters” o segmentos conectados de la sociedad por: interés, edad y/o género.
En productos o servicios lanzados en tiempos difíciles, las investigaciones encontraron que las redes conectadas en clusters (comunidades de interés en racimos), podrían ser la clave para la promoción exitosa. “Clustered networks”, son aquellas redes sociales donde “el amigo” de una persona es “conocido real” de ésta y otras personas de la red; léase que no me refiero a individuos contactados al azar en Facebook o LinkedIn. Me refiero más bien a las “comunidades online” donde existe interés común y sus miembros comparten objetivos afines reuniéndose con regularidad. Incluidas comunidades fuera de Internet que comparten aficiones y/o actividades de forma regular y formal.
Hablando por grupos de edad, un estudio llevado al cabo por “Harris Interactive” confirma que los chicos entre 8 y 21 años tienen un tremendo poder de compra aún así que sus ingresos sean magros o hayan bajado a consecuencia de una economía metida en un vado. Curiosamente y en contraposición con los adultos, este segmento está dispuestos a gastar el 100% de lo que trae en el bolsillo ya que, en muchos casos, sus necesidades de sustento, a diferencia de los grupos de más edad y responsabilidad, están garantizadas por el entorno familiar o la comunidad.
En el caso de los Millennials, entre los 12 hasta los 31 años, un artículo publicado por “The Marketing Corner” nos aporta que este segmento posee un tremendo poder de compra en productos y servicios, muchos de estos consumos no se enfocan a bienes raíces o alta inversión.
Ellos orientan gasto principalmente a rentas, servicios de recreación y diversión, servicios online, tecnologías de comunicación. Muchos de sus desembolsos se orientan a establecimientos de alimentación y entretenimiento aparte de todo lo que es electrónico, nuevo e interesante. Ambos grupos se encuentran ajenos a la influencia de la economía estancada por encontrarse, los primeros, desinteresados o ignorantes y los segundos, inmersos en el consumo perecedero y ambos, sin dependientes económicos.
Varios estudios en derredor del poder de compra de las mujeres: “Asking Smart Questions” y “Catalyst.org”, nos induce a pensar que este género es responsable en un 80% de la decisión inicial de compra lo cual la coloca en un cluster importantísimo bajo las dos premisas antes expresadas: “cautela y educación”. Ellas, hoy en día, representan el poder de compra más impactante dado que, al igual que los grupos antes mencionados, en su período Millennial (previo a la vida en pareja), dedican gran cantidad de sus ingresos al gasto de objetivos relacionados con apariencia (ropa y accesorios) y cuidado personal. Sin embargo, ya en pareja o familia, 75% de las mujeres son responsables primarias de las decisiones de compra en sus hogares mismas que, van desde automóviles y seguros de salud, hasta bienes raíces.
55% de las mamás socialmente activas en redes, declaran hacer sus compras después de recibir recomendaciones de blogs o directamente de “amigas”. 90% de las mamás se encuentran online contra sólo 76% de las mujeres en general. 74% de ellas pregunta a otras mamás antes de comprar un producto nuevo y 63% considera a otra mamá como fuente confiable de sugerencia de compra.
Como vemos, los hábitos de consumo en tiempos difíciles no desaparecen, sólo se reubican. Los consumidores se activan informándose y comunicándose más con conocidos expertos en grupos de amistad o comunidades profesionales previo a la compra. En tiempos económicamente complicados, estrategias mercadológicas diferenciadas con tendencia al enfoque en clusters… es la clave.
Por cierto, este pasado miércoles 12 de marzo, se cumplió el 25 aniversario del nacimiento de la World Wide Web, gracias Tim Berners-Lee por ello.