En México, actualmente hay más de 54 millones de personas que forman parte de la población económicamente activa (PEA), de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
De este universo de la población que forma parte de la vida laboral y profesional en el país, hay 122 mil 128 profesionales activos en sectores relacionados con mercadotecnia y publicidad, según cifras proyectadas por el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo.
A ellos se suman constantemente nuevas generaciones de individuos que buscan ganarse un lugar en la industria. Estas nuevas incorporaciones y los que ya se encuentran laborando tienen, o tendrán, en algún momento de sus vidas el deseo de cambiar de proyecto.
Pero, ¿cuándo es el momento en el que lo tienen considerado? De acuerdo con la Encuesta Nacional de Sueldo y Salarios en Marketing 2017, el tema abre debate entre la gente pues 20,1 por ciento señala que ‘tan pronto como sea posible’, lo que refleja que estas personas buscan en el futuro inmediato, una nueva oportunidad de desarrollo profesional o económico.
En tanto, contrasta con el 19,4 por ciento que refiere que ‘no piensa’ cambiar su trabajo actual, lo que la lógica supondría que están conformes o incluso felices con las actividades que desempeñan, en las que probablemente tengan oportunidades de crecimiento.
Sin embargo, en la encuesta que participaron 7,237 personas y que fue conducida por el Departamento de Investigación de Merca2.0 se abren muchas posibilidades, donde gana la intención o inquietud de encontrar un nuevo proyecto. Así, el 17,6 por ciento piensa que será en el próximo año, muy similar al 17,6 por ciento que lo considera en los dos siguientes.
La tendencia puede estar motivada por la generación de los mercadólogos y publicistas, pero también por el simple deseo (independientemente de su edad) por conocer nuevas personas, dinámicas de trabajo y ambiente profesional, al final, son sectores en donde la inquietud, creatividad, y capacidad de desarrollo de estrategias está muy relacionada con la retroalimentación y la cantidad de estímulos posibles, claro, entre muchos otros factores.