Acostumbrémonos a escuchar buenas cosas de Jacinda Ardern, una joven política que gobierna la Tierra de la Gran Nube Blanca, una isla que se localiza al suroeste del pacífico, también conocida como Nueva Zelanda, y que opera bajo una monarquía parlamentaria.

¿Qué es lo que hace particular el trabajo de Ardern?

Al colocar al ciudadano – elector como el objeto principal de su trabajo le facilita su tarea, y esto se refleja en la forma en que gestiona la pandemia. Ardern apunta: ¨lo importante es la vida de las personas por sobre la economía, porque ésta, es el pueblo y si no hay gente para trabajar, tampoco habrá economía¨.

La lógica para gobernar que impone Jacinda no debería de sorprender ni a propios ni a extraños, toda vez que el objetivo que debe buscar todo gobernante es precisamente el que ella manifiesta líneas arriba, servir a los ciudadanos que la respaldaron con sus votos.

Antes de analizar la forma en su estilo de gobernar, que también es fondo, les compartimos un dato contundente que indica el lugar a donde apunta su brújula.

En la segunda ola de COVID-19 en la Isla, en agosto, tuvo 179 casos, y desde el 26 de septiembre ya no se había detectado ningún contagio. Confinó rápidamente la región de Auckland y limitó el avance del virus, ¿es esto magia? Por supuesto que no. Es solo una buena toma de decisiones.

La tan comentada frase de que “gobernar es comunicar”, vuelve a escena dado que el modelo de comunicación de Jacinda lo vemos en tres vectores muy claros:

ESCUCHAR

INTERACTUAR

COMPRENDER

Aspectos que ella aprendió desde sus inicios en la política y que hoy la distinguen en el concierto internacional de las naciones.

Un gobierno abierto y moderno como el de Ardern privilegia el diálogo, busca la retroalimentación, hace intercambios innovadores y sobre todo escucha a la gente como premisa fundamental para entonces operar la acción correspondiente.

María José Canel Crespo, brillante comunicadora española, le llama a lo anterior la “Arquitectura de la Escucha” que debe implementarse en los gobiernos. Este andamiaje se solidifica con la aceptación de los derechos de los demás, el reconocimiento, la atención, la interpretación de lo que se dice, la comprensión de los otros puntos de vista y el dar una respuesta apropiada a cada petición ciudadana.

A decir de sus compañeros políticos neozelandeses, Jacinda Ardern ha manejado muy bien las tres crisis que se le han presentado. El atentado terrorista contra dos mezquitas en Christchurch, la erupción del Vocán Whakaari y la pandemia del COVID-19.

Jacinda apunta alto y sin duda estará de nuevo al frente de los controles de su país por un periodo más una vez que se lleven a cabo las elecciones generales; trabaja bien y pone el ejemplo.

En los próximos meses su trabajo se orientará a la reactivación de la economía ahora en recesión, pero por justas razones. Primero la salud.

Nos encontraremos más adelante.