Debo decir que es un sentimiento similar a cuando tomábamos fotos con una cámara de rollo, sí de las análogas, debíamos esperar con emoción los resultados y esa espera nos hacia imaginar la foto, casi siempre esperábamos más pero lo que ahora valoramos era la magia de esperar un resultado, así mismo era entrar a la Universidad, todo un rito, los papas ahorrando el dinero y horas y horas seleccionando opciones, mirando y comparando… era una de las decisiones más complicadas de esa transición a la adultez.

Actualmente algunos de esos sueños y paradigmas siguen a pesar de los años en el entorno familiar, sin embargo la transición y evolución en temas de educación superior no se están manejando con el mismo pragmatismo que esperaríamos.

La Universidad está perdiendo su atributo principal – que era su caja de pandora -…el poder eliminarle el precio al servicio y convertirlo en el valor de marca.

Pero esto no es lo más trágico del panorama, la cacería de las instituciones privadas de enseñanza superior es tan agresiva que empiezan a desmoronar años de posicionamiento con una serie de promociones, “estrategias de bajos precios”, múltiples títulos por el mismo tiempo, en fin algo que pasa de competir a aterrar.

Es decir estudiar ahora paso de ser un privilegio (lo que era años atrás) a convertirse en una opción que no exige mayores condicionantes, sin embargo la saturación digital en la cantidad de ofertas ( como de carreras nuevas que no se sabe bien para que sirven) desencadenan un paradigma y una especie de limbo para aquellos que deciden que y donde estudiar después de ver en sus celulares o computadoras miles de impresiones de banners y promociones Universitarias, con la educación no se juega dicen en las calles y el juego inicia en la sobreexposición digital de ofertas sin importar mucho la calidad de educación.

En Colombia hay 4’236.000 personas entre 17 y 21 años; de éstas, 1’494.000 están matriculadas en educación superior; la cobertura es 35,3%, cifra igual al promedio latinoamericano y del caribe.

Los métodos promocionales van a seguir aumentando en este sector como todo lo demás pero eso no es lo preocupante, la preocupación real es que ya no se va a percibir la educación profesional como aquel objetivo cumbre sino como una alternativa que cada vez parece tener menos relevancia en la sociedad, ¿que papel aportará en esta realidad el marketing digital?.