Las estrategias navideñas de marketing están basadas en tocar las fibras sensibles de las personas. Y han transformado una festividad religiosa, basada en el nacimiento de Jesús, y una celebración de convivencia y unidad familiar, en un evento de consumismo y materialismo. 

A medida que se acerca esta temporada, las marcas lanzan su publicidad navideña para aprovechar el frenesí de las compras enviando correos electrónicos, publicando en las redes sociales y creando anuncios de TV, así es como recordamos los clásicos anuncios de Coca Cola y tenemos en la mente la célebre canción de Aurrera. 

Así lo explican Alfredo Brunell, profesor y fundador de la carrera de Mercadotecnia, y Marcela Rodríguez, psicóloga de consejería del Tec de Monterrey quienes aseguran que esta es una época cuando la gente está contenta, y sumado a que tienen una mayor cantidad de dinero desean comprar, dicen, “para llenar vacíos” pues “compras si eres bueno”, “compras si quieres a los demás”.

“La reciprocidad que se vive en la época, aunado a las festividades y el sentimiento de compartir y recordar los buenos momentos, es lo que provoca felicidad en las personas”, aseguran los especialistas.

Esto no es nuevo, todos sabemos que las marcas incentivan sus ventas en esta época en la que todos tenemos que “dar”. Sin embargo, la tecnología ha motivado aún más esta tendencia de la sociedad contemporánea, ahora para comprar ya no es necesario ir a las tiendas y sufrir las tortuosas filas, simplemente domicilias una tarjeta a una de las plataformas y das click.

Como muestra el estudio de Oracle Retail que afirma que el 68 por ciento de los consumidores mexicanos estarían dispuestos a pagar más por una entrega acelerada sus compras navideñas.

Muy lejos de la supuesta felicidad que traen los regalos, la misma encuesta reveló que al menos 29 por ciento de las personas asegura estar preocupados por no tener la suma de dinero que les gustaría para destinarlo a sus compras navideñas debido a la inflación; mientras que 34 por ciento tiene la preocupación de que los regalos sean más costosos en este 2022.

Debido a estas problemáticas económicas, el 83 por ciento asegura estar dispuesto a contar con un plan de financiamiento para pagar sus regalos de manera progresiva. Es decir, la felicidad momentánea traerá varios dolores de cabeza al ver las cuentas de la tarjeta de cada mes.

En México las reuniones familiares, intercambios de regalos, posadas y las fiestas de Nochebuena, Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos, dejarán 600 mil millones de pesos, según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur).

Respecto a las compras que realizan los mexicanos, 87 por ciento planea gastar en ropa y accesorios, mientras el 61 por ciento gastará en tecnología, sobre todo celulares y equipo de computación. En tanto, 45 por ciento de la población invertirá en viajes, otro 44 por ciento en cenas en restaurantes y el 27 por ciento en comida gourmet para regalar (dulces, canastas de fruta). 

Dentro de estas preferencias de compra, se estima que la venta de juguetes en México continúe con su 12 por ciento de crecimiento anual, esperando que esta época decembrina alcance los dos mil 900 millones de pesos en ganancias de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete. 

En la época del “lo quiero y lo quiero ya”, es indispensable analizar ¿realmente lo quiero?, ¿realmente lo necesito? Y valorar que el próximo año se tiene prevista una recesión económica.

No solo se trata de gastar dinero de forma desmedida, el consumismo también trae problemas ambientales, aunque en diversas industrias como la del plástico se empieza a hablar de una economía circular que debe potenciar entre otras cosas la reutilización y el reciclaje, seguimos anclados en una economía lineal en la que producimos, consumimos y desechamos en grandes cantidades a un ritmo cada vez más rápido.