En medio de una discusión sobre los derechos de las mujeres y otros grupos que son considerados como minorías, Disney acaba de salir nuevamente a la luz.
Desde el año pasado, la reconocida empresa de entretenimiento se ha visto envuelta en una demanda interpuesta por un grupo de activistas y ex-empleadas quienes acusaron a la casa de Mickey Mouse de pagar más a sus empleados hombres que a sus colaboradoras mujeres.
Los hechos
Este asunto ahora ha cobrado un nuevo interés, luego de que se dieran a conocer detalles sobre la demanda interpuesta en donde las posibles afectadas aseguran que en Disney hablar sobre sueldos o cuánto gana cada empleado es motivo de despido.
Así lo deja un ver un nuevo apéndice de la demanda presentada en California por empleadas y ex empleadas por discriminación de género.
La demanda, presentada originalmente en 2019, acusa a Disney de pagar más a los trabajadores varones que a las mujeres.
Este asunto, conocido como “secreto de pago” es a todas lucen ilegal. De acuerdo con la Ley Nacional de Relaciones Laborales de 1935, despedir a personas por hablar entre ellos sobre cuánto dinero ganan va contra la ley.
Ante estas acusaciones, Disney emitió un comunicado de prensa en el que negó las acusaciones explicando que la compañía “no prohíbe a sus empleados hablar sobre su salario y espera probar la falsedad de este último reclamo del demandante”.
Con esto en mente, tal y como indican desde The New York Times, los nuevos datos sobre este caso indican que altos directivos y jefes del equipo de Disney se acercaron a cinco de las 10 demandantes para evitar que hablaran sobre cuánto les pagaban, situación que cobró un nuevo interés cuando se dio a conocer que a un miembro del personal le fueron aplicadas sanciones por no acatar esta norma.
Directo en la reputación
El problema que ahora enfrenta Disney no es menor y más allá de lo que posiblemente tendría que pagar de resultar perdedor en esta demanda, lo cierto es que lo que queda en medio es su reputación.
La reconocida firma está en un terreno de polémica en el que ninguna marca quisiera estar. De acuerdo con el informe “El progreso de las mujeres en el mundo: transformar las economías para realizar los derechos” desarrollado por ONU Mujeres, el progreso de la economía se relaciona estrechamente con la generación de empleos decentes para mujeres en donde se les garantice una remuneración justa, así como oportunidades de crecimiento y seguridad en el lugar de trabajo.
Algo que, incluso en las grandes potencias, no se ha tomado mucho en cuenta, ya que de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la mujer estadounidense promedio (excluyendo las consideraciones de raza, orientación sexual, edad, nivel de ingresos, capacidad física y si tiene o no hijos) gana casi 82 centavos por cada dólar que gana en promedio un hombre: una diferencia del 18.2 por ciento en el salario en comparación con el salario medio masculino.
Con estas cifras de antesala, cobra mayor sentido, los hallazgos de un reciente estudio firmado por 4A los cuales indican que el 67 por ciento de los responsables de mercadotecnia creen que los valores cambiantes están haciendo que las marcas se interesen más por la responsabilidad corporativa y el marketing basado en valores, al tiempo que los consumidores afirman que ven con buenos ojos a aquellas marcas que toman una postura positiva ante temas como la lucha contra el racismo, la inclusión o la igualdad.