La jornada laboral máxima de un trabajador es de ocho horas diarias, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo. Las empresas deben respetarla o se meten en problemas, es lógico, pero eso va más allá de las condiciones laborales, se trata de una cuestión de salud.
Un estudio reveló que la salud de las mujeres que trabajan de más está en riesgo precisamente por superar las 40 horas a la semana establecidas en la ley, al grado de aumentar hasta tres veces las posibilidades de desarrollar enfermedades como cáncer, hipertensión, diabetes, artritis e incluso problemas en el corazón.
Y es que la Universidad Estatal de Ohio reveló en un análisis, apoyado por el U.S. Centers for Disease Control and Prevention y el National Institute of Occupational Safety and Health, que si una mujer supera las 60 horas laborales a la semana, por un lapso de 30 años consecutivos, pone en peligro su salud.
La labor de las empresas radica en impulsar a sus empleadas para que respeten el horario laboral, ya que trabajar más horas no es equivalente a ser mejor que las colegas, ni directamente proporcional a la productividad.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a 34 países, los trabajadores más productivos pasan menos tiempo en la oficina.
La instancia reveló que quienes son más productivos son los alemanes, laboran unas mil 400 horas al año, con un índice de productividad tan alto, que supera 70 por ciento a los griegos.
Es así como las empresas se verían beneficiadas en productividad y las trabajadoras en su salud.
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