Muchas de las grandes empresas están en los titulares últimamente por pedir a sus empleados que regresen a la oficina. Es un movimiento arriesgado, considerando que la mayoría de los empleados prefieren hacerlo desde casa al menos algunos días de la semana: según un estudio de Gallup, el 34 por
ciento de los encuestados quiere trabajar de forma remota por completo, mientras que el 60 por ciento
desea trabajar en un horario híbrido flexible.
Esto ha llevado a las empresas a tratar de encontrar la mejor solución ante una entendida resistencia por volver al pasado. En respuesta, algunas organizaciones han otorgado a los empleados la libertad de elegir los días en que prefieren asistir ir a las instalaciones y los que se inclinan por quedarse en casa.
De acuerdo a una investigación de XpertHR, el 97 por ciento de las organizaciones están implementando
o planean implementar el trabajo híbrido. Ahora se está convirtiendo en la norma, siendo 3X2 la preferencia predominante entre el trabajo en la oficina y el remoto, donde los empleados pasan tres
días en la oficina y dos días trabajando desde el hogar.
El patrón de trabajo híbrido ha dejado a muchos eligiendo estratégicamente los días laborables desde
casa, favoreciendo lunes y viernes, que significan más tiempo para dormir o socializar. A aquellos que
escogen trabajar solo los martes, miércoles y jueves se les denomina TWAT (que significa martes,
miércoles y jueves, por sus siglas en inglés). Y no es difícil entender por qué los lunes y viernes son más
populares para trabajar desde casa. La investigación muestra que los fines de semana más largos son una excelente manera de impulsar la salud, la productividad y la motivación en el equipo.
Por supuesto que eso no significa que sean días libres, pero si ahorros en viajes y posiblemente pueden dosificar mejor su vida personal y profesional. El viernes y el lunes se pasan en casa y se dedican a actividades laborales que son independientes de la ubicación: correos, llamadas, organización de documentos, en fin. Esto simplifica sus vidas, pues lo que hacen los TWATS es dividir su semana por actividad, lo que significa que la proporción de modos de comunicación que usan está determinada por su horario, no por los antojos de otras personas.
Otra opción que ganó popularidad a raíz de la pandemia fue la de una semana laboral de cuatro días. Los defensores dicen que las jornadas de 32 horas aumentan el bienestar de los empleados sin sacrificar el
rendimiento. Bajo esta modalidad, las empresas pueden reducir las horas de trabajo y mantener la
productividad, solucionando las pérdidas de tiempo en reuniones largas, procesos ineficientes y otras
distracciones dentro de las instalaciones.
Expertos argumentan que incentivar a los trabajadores con fines de semana más largos, aumenta la calidad de la eficiencia de su trabajo. La evidencia -dicen los partidarios-, se confirma en países como los EUA, Islandia y Japón.
En su lucha por la resistencia para volver a la oficina, cada organización tendrá que adoptar aquello que
mejor convenga a los empleados y al funcionamiento del negocio, con el menor daño posible. Los
expertos indican que hay una sola forma para convencerlos: las conexiones significativas con los colegas.
Ya sea para ver a las personas que conoces o conocer nuevos compañeros; el aspecto social del trabajo
no puede subestimarse. El capital social, las redes y relaciones que creamos naturalmente para trabajar
de manera efectiva, es una parte vital para estar comprometidos con nuestro trabajo.
Es probable que los líderes deban esforzarse más para alentar a los empleados a abandonar sus zonas
de confort bajo su techo, con iniciativas que los impulsen a apreciar esa unidad física y destaquen el
valor de conectarse con sus colegas de manera significativa y auténtica.
El trabajo remoto llegó para quedarse. Las empresas ya deberían estar adaptando sus entornos de
laborales o preparándose para adecuarse, ya que las demandas de trabajo remoto aumentarán de aquí
en adelante. En última instancia, trabajar de forma remota es efectivo, pero debe ponerse en práctica
correctamente de acuerdo a las necesidades de cada organización, ya sea con los TWAT, la semana de
32 horas o los lunes y viernes.