La crisis en Brasil lleva ya casi un lustro. El consumo cae, las inversiones están estancadas y el gigante de América Latina sigue sumido en un caos institucional que lo desangra.
La novedad que se produjo este miércoles 17 de mayo por la noche no es menor, ya que podría derivar en la renuncia del presidente Michel Temer, que asumió en 2016 en reemplazo de Dilma Rousseff.
¿Qué pasó ahora? El presidente del directorio del gigante de la carne JBS SA grabó secretamente una conversación con Michel Temer sobre pagos a cambio de silencio del ex líder de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien está preso. Así lo dio a conocer el diario O Globo, y desató el escándalo.
Dicho de otra forma: el presidente aprobó un intento para pagar por el silencio de un potencial testigo en la investigación del mayor escándalo de corrupción en el país (Lavajato), según el testimonio que dio en la Justicia uno de los más poderosos empresarios locales.
La respuesta de Temer, de parte de sus voceros, fue decir que efectivamente se reunió en marzo con el presidente del directorio de JBS, Joseley Batista, pero negó su participación en los presuntos esfuerzos por evitar que Cunha testificara en su contra.
Apenas difundida la noticia, “los inversores abandonaron los activos brasileños en los mercados extranjeros, ya que la perspectiva de que Temer se vea envuelto en una nueva crisis política nubló las perspectivas de su agenda de reformas, considerada clave para acabar con una recesión”, publicó Reuters.
Batista, titular de JBS (el mayor procesador de carne del mundo), utilizó un dispositivo oculto para grabar una supuesta conversación con Temer sobre pagos que el empresario estaba realizando a Cunha para comprar su silencio. O Globo no precisó qué es lo que debía callar Cunha.
Antes de caer preso, Cunha, quien fuera un poderoso miembro del partido de Temer, había dicho que tenía información comprometedora sobre políticos de alto rango en Brasilia relacionada al escándalo de sobornos en la petrolera brasileña Petrobras.
Según reveló O Globo, Temer también escuchó del empresario que estaba dando a Cunha -quien fue el principal promotor del juicio político que llevó a la destitución de Dilma Rousseff y está condenado a más de 15 años de prisión por corrupción- un pago mensual en la cárcel para que permaneciera callado.
Las repercusiones no se han hecho esperar. En la Cámara de Diputados, legisladores de la oposición dijeron que presentarán un pedido de impeachment. Era fácil de preveer, por mucho menos, Dilma Rousseff fue apartada del cargo de presidenta en 2016.
En las calles de San Pablo, un grupo de manifestantes salió a protestar pidiendo la renuncia del presidente bajo el lema “Fora Temer”.
Hundreds of Brazilian protesters block Sao Paulo’s iconic Paulista Avenue calling for the impeachment of President Michel Temer pic.twitter.com/Z7Yy3SKbld
— AFP news agency (@AFP) 18 de mayo de 2017