Antecedente devastador; una historia real
Hace algunos años tuve oportunidad de participar en un proceso de reforzamiento personal, titulado “Dinámica de Liderazgo Personal”; ese era un momento difícil para nuestra organización, habíamos sido devastados económica y financieramente, por las autoridades gubernamentales con su decisión de nacionalizar la banca mexicana (1982), lo que provocó que cientos de asociados de dicho sector tuvieran que dejar sus trabajos y, consecuentemente la asociación a la que pertenecían, de la cual nosotros éramos sus administradores.
El presidente en turno de la asociación, para el año posterior (1983) a dicho acontecimiento, en ningún momento se amedrentó, al tener un difícil escenario y un futuro incierto; tomó actitud positiva al reto, y con voluntad nos invitó a todos los ejecutivos a replantear el escenario para el futuro inmediato y el de largo plazo. Esto implicó establecer nuestras proyecciones económicas, financieras y humanas, tanto internas, en lo referente a la operación de la agrupación, como externas, con nuestros asociados y el mercado, que estaba totalmente transfigurado por el impacto al sistema financiero mexicano; en forma inmediata emprendimos acciones con resultados exitosos.
La persona y su colaboración son factor de cambio
Pero toda esa transformación no habría podido realizarse y coronarse, de no haber tomado en cuenta el factor más importante: el ser humano, como individuo y como grupo. Para tal efecto procedimos a vivir juntos, los directivos y colaboradores de la asociación profesional, un camino transformador a través de un taller vivencial, de varias sesiones en conjunto, no menos de 60 horas, y muchas más en el trabajo de día con día, que nos llevaba a replantear nuestro liderazgo ante colaboradores, pero en forma por demás importante ante nosotros mismos, todo un nuevo reto de transformación; y ese ejercicio era la “Dinámica de Liderazgo Personal”, que implica autoconocimiento y autovaloración.
Estamos hablando de psicología del comportamiento humano, del desarrollo de actitudes positivas, lo que permite dar a las personas participantes en estos procesos, los fundamentos para conocerse a sí mismo y conocer a los demás; cuando se da esta combinación estaremos preparados para grandes retos en el área que nos desempeñemos.
La relación interpersonal y la comunicación
Esa ocasión, a la que nos referimos (1982), ameritaba madurez en la acción y en la reacción que íbamos a encontrar, máxime en una asociación profesional, en dónde la relación interpersonal y la comunicación con nuestro público y mercado objetivo, marcan a la fecha, una pauta de comportamiento muy importante y de gran trascendencia.
Primero ser Líder de uno mismo, luego de los demás
Paul Mayer, creador de la dinámica de liderazgo personal, analizó, estudió y emuló los hábitos de éxito de personas sobresalientes, ya que el pensamiento es:
“Si quieres ser ganador, debes hacer lo que hacen los campeones”.
El fundamento es que el éxito es un camino, no es un lugar de destino, conseguirlo es el resultado de actitudes y hábitos, que en su desempeño día con día logramos convertirlos en nuestras virtudes potenciales y en nuestra fuerza motora.
¿Qué es el éxito para cada uno de nosotros?
Es importante resaltar que el éxito que se logra, no es producto de habilidades o de talentos pocos usuales, sino es el producto secundario del mejor uso de la habilidad promedio a través de la motivación, para alcanzar lo verdaderamente valioso para cada quien y no necesariamente se trata de dinero o de bienes materiales.
Lo anterior, lo constatamos en entrevistas a 24 personajes de diversas áreas del quehacer humano en México, en el libro ‘Triunfar es algo muy divertido‘ (1986). Han pasado 30 años desde la publicación de nuestra investigación; como resultado del libro comentado, surgió una definición de éxito, que es común denominador, y es la que define, al éxito, como:
“Alcanzar tus propios sueños, deseos, objetivos, y que éstos sean valiosos y enmarcados en un contexto ético”.
Por lo que éxito, o triunfar, será diferente para cada persona y, como decía Yazmín Alessandrini, en el prólogo del citado libro: “Que el triunfar sea coherente con nosotros mismos y con quien nos rodea”.
Liderazgo personal hacerlo funcional
El liderazgo personal nos dio y da la pauta para lograr un liderazgo de grupo colaborativo, que es el símbolo de estos tiempos de transformación, apoyados con la tecnología digital. Hay que comenzar con uno mismo, con dos conductas irrefutables producto de la automotivación, que son las actitudes y los hábitos.
En ese año de crisis (1982), como en cualquiera de nuestras organizaciones, ni la fuerza, ni la autoridad, o la persuasión del carisma, lograrían resolver el reto de desarrollar un mejor liderazgo y menos hoy día, partiendo de una sola persona; sólo el desarrollo de los atributos internos del liderazgo podría y podrán producir, hombres y mujeres, fuertes, llenos de confianza, que se necesitan para ejercer el liderazgo de un grupo orientado al éxito.
Definición de liderazgo personal
“Es la habilidad de cristalizar nuestro pensamiento de manera que pueda establecer una dirección exacta para nuestra vida y comprometernos a movernos en esa dirección, y entonces tomar acción, para adquirir, lograr y convertirse en lo que las metas, nuestras metas nos exigen”.
Cuando iniciamos este camino hacia un liderazgo personal la pregunta fue ¿cómo desarrollar ese liderazgo personal? El liderazgo personal es y será un proceso aprendido, por lo que tenemos que tener cuidado para no convertirnos en lo que los demás quieren que seamos.
Fases hacia el liderazgo personal
Primera fase: comprender cómo y por qué llego a ser lo que hoy día soy.
Segunda fase: creer en el proceso de cambio y en el proceso de conversión personal y practicar ambos.
Tercera fase: Volver a adquirir nuestra habilidad nata, de niños, de: visualizar, imaginar, fantasear.
El liderazgo personal establece y revisa planes y acciones para cubrir importantes áreas de vida de una persona. Las áreas de nuestra vida las podemos clasificar de varias maneras. La relación de áreas que presentamos en el siguiente cuadro son las que experimentamos en nuestro ejercicio de transformación en ese año de crisis:
Son cinco los pasos para llevar a cabo el plan de acción personal, que nos potencie a lograr un liderazgo personal, que será una puerta para lograr tener un equipo de colaboradores productivos, líderes de sus vidas y líderes de otros.
Reflexión
Cuando se logra alinear a los colaboradores de manera personal favoreciendo en ellos un liderazgo claro de su vida, podremos alcanzar un trabajo y liderazgo colaborativo, acorde a la época, en nuestras organizaciones, en cualquier ámbito y entorno, ya sea presencial o digital. Es una gran verdad cuando se dice que los hombres y mujeres fracasan más por si mismos que por la culpa de otros.
En nuestro caso y en nuestra organización, gracias a este trabajo y proceso de alineación de cada uno mismo, es como logramos salir adelante; y como dicta Paul Mayer: “Lo que ardientemente imaginas, entusiastamente emprendes, inevitablemente sucederá”.
