Elon Musk compró más del 9 por ciento de las acciones de Twitter y, en breve, tendrá un asiento en la junta directiva.
Esto ha generado un revuelo en el interior de la red social, especialmente entre los empleados.
Algunos entienden que la política de inclusión que lleva adelante desde hace años la empresa tenga un retroceso.
Temen que Musk pueda apoyar cambios en la cultura corporativa de la firma.
Hay que recordar que el magnate fundador de Tesla y Space X ha sido criticado antes por publicar memes que se burlan de las personas transgénero, de las campañas para frenar la propagación del coronavirus y ha llegado a comparar a presidentes de otros países con Adolf Hitler.
Según publica este jueves 7 de abril Reuters, luego de haber dialogado con numerosos empleados de Twitter, “algunas personas están desempolvando sus curriculum vitae y piensan en irse”.
“No quiero trabajar para alguien como Elon Musk”, dijo otro.
Los trabajadores de Twitter creen que Musk aplicará su pensamiento de “absolutista de la libertad”
Otro de los temores de los trabajadores de la red social del pajarito azul es que Musk podría ser un escollo en las intenciones de la compañía de moderar el contenido agresivo.
Musk se autodenominó a comienzos de marzo como un “absolutista de la libertad de expresión” y todo indica que está en sus planes volver a permitirle a Donald Trump participar de la red.
El ex presidente de los Estados Unidos fue “cancelado” de Facebook y de Twitter tras la incitación a la violencia durante los episodios de la toma del Capitolio el 6 de enero del año pasado.
Es bastante probable que ocurra. Por ejemplo, la congresista republicana Lauren Boebert publicó esta semana sobre el tema: “Ahora que Elon Musk es el máximo accionista de Twitter, es hora de quitar la censura política, hay que traer nuevamente a Donald Trump a Twitter”.
Con el magnate de Tesla en la junta, los empleados de Twitter dicen que su reconocido punto de vista sobre la moderación podría hacer caer el esfuerzo de varios años para hacer de esta red un lugar con discursos más saludables y habilitar la reaparición de ataques de trolls.
Cuando Trump fue cancelado en Facebook y Twitter, Musk dijo que las empresas tecnológicas de los Estados Unidos estaban actuando como “árbitros de facto de la libertad de expresión”.
Musk y Twitter
La historia de Musk en Twitter está repleta de problemas. En 2018, por caso, acusó de pedófilo a un buzo inglés que ayudó a rescatar a los niños atrapados en una cueva de Tailandia.
Sus declaraciones en la red respecto de la venta de acciones de Tesla también le valieron una fuerte multa por parte de la SEC estadounidense, al considerar que con sus declaraciones manipuló la cotización.
Sam Abuelsamid, investigador de Guidehouse-Insights, lo explica de una forma interesante: “Si Donald Trump fuera más rico de lo que aparenta ser, hubiese querido hacer lo mismo y comprar Twitter, pero no tiene lo suficiente dinero. Así es que Elon Musk hizo lo que a Trump le hubiera gustado hacer”.
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