No cabe de duda que el entorno no laboral se ha modificado de manera drástica en cuestión de meses. Los empleados dejaron las oficinas para trabajar desde casa, mientras que para las empresas los objetivos planteados a inicios de año se modificaron de manera drástica.
A todo esto debe sumarse un clima de incertidumbre ante la desaparición de millones de empleos, tendencia que se mantendrá cuando menos por dos meses más.
Empleos a la baja
Cuando menos así lo indican los pronósticos de Banco Base, mismos que estiman que para el cierre del año se destruirán cerca de 1.86 millones de empleos formales, luego de que en julio (mes corriente) se verían afectadas cerca de 31 mil 543 plazas.
Adicional a esto, la firma indican que a partir de agosto podría darse una segunda ola de desempleo en donde se perderían cerca de 223 mil 286 empleos, la cual se extendería hasta septiembre cuando se prevé que la pérdida de puestos laborales ascienda a 358 mil 681.
Este escenario no sólo dibuja situaciones completas para los empleados. Las empresas deberán hacer más con menos considerando que muchas de ellas han tenido que recortar sus plantillas en busca de liquidez.
Esta tendencia llevará por un lado, a los empleados a converse en piezas fundamentales para sus organizaciones, mientras que para las organizaciones el reto vendrá en encontrar formas de retener al mejor talento en un ambiente en donde el estrés y la presión se incrementarán de manera quizás nunca antes vista.
Con esto mejorar las relaciones entre empleados y empleadores será fundamental, aspecto que cuando menos en percepción ahora parece complejo.
Poco reconocidos
Y es que en este proceso, el reconocimiento que los empleadores puedan a sus empleados jugará un rol vital y cuando menos, hasta ahora, este aspecto parece estar descuidado.
Según OCC Mundial, para el 79 por ciento de las empresas el desempeño de sus empleados es desde normal a muy alto. No obstante, el 49 por ciento de los empleados asegura que su trabajo ha sido poco valorado durante la cuarentena.
Cubrir este aspecto será fundamental para alcanzar los objetivos planteados por las marcas, en un entorno que luce especialmente complejo ante una economía contraída.
El pesimismo reina en el sector empresarial. De hecho, de acuerdo con una reciente encuesta firmada por Vestiga Consultores, 6 de cada 10 empresas espera recuperarse de la crisis económica causada por la pandemia hasta 2022 o incluso después.
A detalle, el 33 por ciento de la unidades empresariales encuestadas indican que podrán hablar de recuperación al cierre del siguiente años, mientras que sólo el 8 por ciento afirma que este momento de estabilidad llegará este 2020.
En términos generales, el escenario propone una caída en las inversiones que, por definición pegará de manera directa y sentida a la cadena de producción de valor.
El valor del capital humano
Mientras que el 31 por ciento de las firmas afirmaron haber cancelado todas sus inversiones, apenas el 4 por ciento afirmó continuar sin cambios.
Más importante es reconocer que el 15 por ciento de las compañías se han visto obligadas a desinvertir y apenas el 5 por ciento habló de inversiones a la alza.
La confianza en la economía está, por tanto, fuertemente lastimada. La mitad de las empresas cree la economía del país recuperará los niveles de crecimiento previos a la irrupción del coronavirus hasta dentro de dos años, con lo que el 40 por ciento de las mismas asegura que retomará sus planes de inversión hasta 2022.
Salir de este bache demandará el mayor compromiso de las plantillas laborales, lamentó que solo se ganará con el reconocimiento al esfuerzo, que ahora parece perdido.