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Empleados de Huawei colaboraron en IA y comunicaciones con militares chinos. Son más casos que los reconocidos por la marca.
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Huawei dice que esas investigaciones no fueron autorizadas por la compañía.
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Estados Unidos basa su ataque a la marca en la desconfianza. Cree que China podría usar a Huawei para hacer espionaje.
La principal razón por la que Estados Unidos no quiere tener vínculos con Huawei es que sospecha que la compañía china le creará un problema de seguridad.
La administración de Donald Trump asegura que el gobierno chino está detrás de cada paso de globalización de la marca.
Es por eso que la noticia de este jueves que dice que varios empleados de Huawei Technologies colaboraron en diferentes proyectos de investigación con personal de las fuerzas armadas chinas no será beneficiosa para la imagen de la empresa tecnológica.
La evidencia indica que hubo vínculos más estrechos con los militares chinos que los ya reconocidos por Huawei con anterioridad.
Según Bloomberg, en los últimos años, trabajadores de Huawei han trabajado codo a codo con miembros de distintas divisiones del Ejército Popular de Liberación en al menos 10 proyectos de investigación que abarcan desde inteligencia artificial hasta comunicaciones.
De acuerdo con el medio estadounidense, hubo trabajos con la rama de investigación de la Comisión Militar Central de China, el órgano de las fuerzas armadas que se dedica a estudiar cómo extraer y clasificar comentarios de videos en línea y de las redes sociales, una iniciativa que incluye formas de recopilación a partir del análisis de imágenes de satélite y coordenadas geográficas.
“No sabíamos”
La marca dice que no sabía de estas relaciones. “No tenemos conocimiento sobre los documentos que nuestros empleados publican a título personal”, dijo el responsable de comunicación del gigante chino, Glenn Schloss, en un comunicado enviado a Bloomberg.
“No tenemos ninguna colaboración de I+D ni asociaciones con instituciones del Ejército. Sólo desarrollamos y fabricamos dispositivos para la comunicación que cumplen con las normas de todo el mundo; tampoco hacemos productos especiales de I+D para el Ejército”, agregó.
El jefe de asuntos legales de Huawei, Song Liuping, confirmó lo expresado por Schloss. “Huawei no personaliza sus productos ni proporciona investigación para los militares”, dijo a los periodistas en Shenzhen.
Escalada sin fin
La “guerra” entre Trump y Huawei escaló a su punto más alto el mes pasado, cuando Estados Unidos agregó a la empresa en la black list que impone límites estrictos a la capacidad para hacer negocios con compañías estadounidenses.
Además, instó a sus aliados a seguir su ejemplo, diciendo que representa una amenaza para la seguridad nacional.
Washington concentra sus denuncias en lo que asegura es una estrecha asociación entre Huawei y las fuerzas armadas, en parte, porque el fundador de la compañía, el multimillonario Ren Zhengfei, fue un oficial que trabajó en las comunicaciones durante su servicio militar.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la denuncia de Bloomberg se basa en una serie de documentos universitarios de investigación que estaban en línea desde 2006 y en los que figuraba el nombre de la marca. Si bien ésta podría haber estado involucrada, también se piensa que los investigadores podrían haberla invocado sólo para generar una mayor proyección de los artículos.
En China, como en todos los países, los proyectos verdaderamente sensibles se clasifican, nunca se publican. Además, hay que decir que la empresa emplea a más de 180.000 personas, por lo que seguramente no le debe ser fácil controlar a todos.
Desde Huawei, constantemente rechazan las denuncias que dicen que los antecedentes de Ren influyen de alguna manera en la corporación; y dicen que su relación con el ejército es mínima y por fuera de la política.
Huawei dice que nunca revela información confidencial al gobierno y que no lo haría si se lo pidieran. “No tenemos cooperación con los militares”, dijo en Shenzhen en enero de 2019. “Tal vez les vendamos una pequeña cantidad de dispositivos. ¿Cuántos? No lo tengo en claro porque no lo consideramos como un cliente central”.
Los problemas que tiene Huawei no fueron generados por sus teléfonos. Sus mayores complicaciones tienen que ver con su otro gran negocio (quizás el más relevante): los equipos de redes de telecomunicaciones.
A Donald Trump le preocupa la tecnología china que está detrás de todos los teléfonos celulares, sean de la marca que sean. Se trata de “una guerra” de kits de redes de telefonía y de protocolos y certificados que no se ve a simple vista.