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Es importante que ambos logren elaborar una estrategia exitosa para mejorar.
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Debes preguntarle a tu empleado cómo se siente y cómo cree que ha sido su rendimiento.
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Evita que esta plática se convierta en un regaño, trata de hablar de manera clara.
Cuando se cae en la rutina, es normal ver bajar el rendimiento de tus empleados. Quizá no es algo que hagan de una manera del todo consciente, pero la apatía se apoderará poco a poco de ellos y terminarán por descuidar sus actividades primordiales. Es, hasta cierto punto, común que se presenten estas situaciones y puede ser tanto culpa de la empresa como del trabajador. Para enfrentar esto, es importante que los líderes hablen con los empleados de bajo rendimiento y se genere una solución a lo que ocurre. Existe algún elemento que está frenando todo, algo no está funcionando y ambos tienen que hablar del tema. Sin embargo, esta situación puede ser compleja si no hay una buena relación entre ambas partes. Existen varios puntos a considerar en este tipo de conversaciones.
Si permanecemos mucho tiempo en un mismo lugar y no vemos que la situación mejore, nuestro nivel de motivación bajará considerablemente. Estamos hablando tanto de la vida cotidiana como del trabajo. Lazos fuertes entre la empresa y el empleado son muy importantes para llevar una relación armónica y productiva. Es importante crear una dinámica de integración, para que los nuevos elementos se sientan comprometidos, entiendan la importancia de su trabajo y lo disfruten. De lo contrario, terminaremos con empleados desconectados, que no entienden los valores de donde trabajan, ni les importan en realidad. Pronto dejarán la dedicación ante su puesto y finalmente terminarán yéndose. Para que esto no suceda, debes hablar con ellos y tomar en cuenta lo siguiente.
Primero la autoevaluación
Antes que nada, debes preguntarle a tu empleado cómo se siente y cómo cree que ha sido su rendimiento. Debes conocer su percepción sobre las cosas, qué tan fácil o complejo le parece el trabajo y por medio de ello entender qué es lo que pasa en su interior.
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Ofrece tu ayuda
Es importante que te muestres abierto a dar tu apoyo en todo lo que necesite, tus trabajadores requieren más de ti de lo que crees y no es bueno que los dejes a su suerte. Hazle saber que no está solo y que juntos pueden trabajar para mejorar.
Presenta los hechos
Evita que esta plática se convierta en un regaño, trata de hablar de manera clara y presentando los hechos de por qué su trabajo no está siendo lo suficientemente bueno para la empresa. Tiene que haber un entendimiento frío antes que emocional sobre los objetivos que no se cumplen.
Busca la empatía
Si bien tus empleados tienen obligaciones, también tienen necesidades y debes escucharlas. A veces, las razones de un mal desempeño vienen de aspectos que no habías considerado y debes tratar de comprenderlos, no sólo verlos desde el lado de la productividad.
Planeación conjunta
Finalmente, es importante que ambos logren elaborar una estrategia exitosa para mejorar. No se trata simplemente de darle más órdenes y presionarlo, si no de analizar un problema y encontrar soluciones juntos, pues de lo contrario, la falta de motivación que tiene no desaparecerá pronto.