• Uno de los más grandes problemas en Qatar 2022 son las distancias y los emplazamientos que facilitan disputas entre barras.

• Se ha anunciado que la seguridad del estadio de Lusail será reforzada previo al partido entre México y Argentina.

• En los estadios se ha prohibido la venta de alcohol, no obstante, en zonas de interés neutro como Doha se promueve su consumo.

El Mundial de Qatar 2022 ha sido cuestionado en múltiples ocasiones y por diversos temas, entre los que destaca la extensión territorial y los emplazamientos clave que definen las distancias entre estadios, esto debido a que, entre otras cosas, aglomera a millones de personas en un espacio bastante pequeño, facilitando así el encuentro entre barras.

Recordemos que el Mundial no ha sido ajeno a diversas disputas entre aficionados. Históricamente, las federaciones y principalmente la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) han buscado repeler este tipo de comportamientos.

Como ejemplo en Copas del Mundo tenemos el partido entre ingleses y argentinos, precisamente en México 86. Teniendo como referente reciente La Guerra de las Malvinas, los fanáticos desquitaron su odio en golpizas dentro del Azteca, convirtiéndolo en una batalla campal que sólo finalizó tras el gol de Diego Armando Maradona que le dio la victoria a los sudamericanos.

En México, recientemente ocurrió una batalla campal que derivó en una tragedia nacional. Un partido entre Querétaro y Atlas arrojó múltiples heridos y detenidos. Lo peor del caso fue cuando se exhibió que los dirigentes de La Corregidora contrataron a una empresa “patito” para hacerse cargo de la seguridad interna y externa, llamada Grupo de Seguridad Élite K9 o G.S.E.K.9. Días después, se dio a conocer este hecho, señalando que los guardias podían no tener experiencia en el trabajo y recibieron 300 pesos como pago.

Pese a que esto sucedió en México, conmocionó al mundo y, cuando menos en un tiempo, hizo repensar a muchos países sobre si realmente las barras eran necesarias dentro de los estadios. De cara al Mundial, este parecía un tema resuelto.

Aficionados de Argentina y México pelean en Qatar

La rivalidad en el fútbol entre las barras ha provocado disputas violentas que han puesto en tela de juicio la transparencia y el compromiso de las instituciones en torno al tema de la seguridad. El ejemplo más reciente de esto, que afortunadamente por ahora no pasó a mayores, fue el encuentro en Qatar de aficionados mexicanos y argentinos, en Doha.

En él se mostró a aficionados de ambos países golpeándose en medio de una plaza que, presumiblemente, es un punto neutro entre fanáticos de distintos países.

Este fue el video compartido:

?SE ARMA LA BATALLA CAMPAL ?MEXICANOS?? CONTRA ARGENTINOS??
A unos cuantos días del partido de México ?? vs Argentina ?? los ánimos ya se comienzan a calentar…? pic.twitter.com/bI8hwOPH6B

— Omar Niño Noticias (@OmarNNoticias) November 23, 2022

Qatar ha sido cuestionado precisamente por el nivel de seguridad que se ha implementado. Si bien se sabe que millones de manos han participado activamente en la realización de este Mundial, lo cierto es que en cuestiones de seguridad mucho se ha dudado si Qatar ha implementado las medidas suficientes para combatirlo. Limitándose, para los medios, sólo a combatir temas relativos a su cultura y la polémica hacia el rechazo a ciertos derechos humanos en el resto del mundo.

Emplazamientos y barras en Qatar; implicaciones históricas del fútbol

Hace unos días se anunció que en Qatar no se comercializaría cerveza con alcohol adentro de los estadios, algo que hizo enfurecer a muchos fanáticos de diversas naciones ya en los primeros partidos del Mundial, destacando el caso de Ecuador. No obstante, en Doha, lugar en donde ocurrió el altercado entre mexicanos y argentinos, existe un espacio llamado Fan Zone, un lugar neutro de aficionados en donde la venta de alcohol está permitida.

Si bien lo que sucedió en el Fan Fest no ha derivado en ningún detenido, se aseguró tanto por parte de dirigentes del Mundial y por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que se reforzaría la seguridad por medio de un operativo para evitar cualquier clase de altercado.

No obstante, muchos ya han comenzado a ver el error que supone esto, pues aunque en general muchos aficionados podrán asistir a los partidos, lo cierto es que muchos otros se mantendrán en la Fan Zone, el espacio en donde “todo podría ser posible”.

En la disputa entre mexicanos y argentinos, no se reportó la intervención de ninguna figura de seguridad del país asiático, por lo que muchos especulan que esto se debe a que no cuentan con una cantidad considerable para atender a esta clase de conflictos. De ahí que se toca nuevamente el tema de Qatar y las problemáticas en torno a su localía.

Sin meternos de lleno con los temas relacionados a derechos humanos, tenemos que el Estado de Qatar es de aproximadamente 2 millones de personas, de las cuales se comprobó sólo un cuarto de ellas son originarias del país, mientras que el resto corresponde a población migrante. Por otro lado, sólo en aficionados, México, con una población de 130 millones de habitantes, aportó cerca de 80 mil turistas, según información de la SRE.

El espacio reducido entre estadios puede generar que los fanáticos rivales entre cada país se encuentren con mucha más frecuencia que en Mundiales como Rusia 2018 o Brasil 2014, en donde los países cuentan con una distancia territorial considerable para evitar estas disputas.

En el caso de Argentina, se sabe que hay una lista negra con 6 mil aficionados que tienen prohibido viajar a Qatar. De estos, 3 mil son pertenecientes a “barras bravas”, siendo fanáticos de Boca y River en su mayoría. No obstante, entre los países que más compraron entradas para Qatar se hallan Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, India, Brasil, Argentina, Arabia Saudí y precisamente México.

Considerando que dentro de los mencionados existen varias rivalidades (por ejemplo entre México y Estados Unidos; Brasil y Argentina; Argentina e Inglaterra; y Alemania y Argentina), no es descabellado pensar que a un país con tan pocas manos pudiera escapársele de las manos la posibilidad de controlar a tantos fanáticos.

Por ello, la FIFA deberá tomar acciones desde ahora, si pretende conseguir que en los estadios y en las periferias los conflictos no crezcan demasiado.

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