Elon Musk inició este martes su apelación para intentar recuperar los 56 mil millones de dólares que recibió de Tesla, alegando que un juez de primera instancia cometió múltiples errores legales al rescindir la compensación récord.
Se sabe que la industria de vehículos eléctricos (VE) ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, consolidándose como una pieza clave en la transición hacia una movilidad más sostenible. En 2022, las ventas globales de VE aumentaron un 55 por ciento, alcanzando los 10,5 millones de unidades y representando el 13 por ciento de las ventas totales de vehículos ligeros a nivel mundial, de acuerdo a Statista.
En ese sentido, China se ha posicionado como el líder indiscutible en la adopción de vehículos eléctricos. En agosto de 2024, las ventas de VE en el país superaron por primera vez a las de vehículos de combustión interna, representando el 54 por ciento del mercado automotriz. Asimismo, en contraste, Europa y Estados Unidos enfrentan desafíos en la adopción masiva de VE. En Europa, la eliminación de subsidios en países como Alemania ha provocado una disminución en las ventas de vehículos eléctricos. Mientras tanto, en Estados Unidos, aunque las ventas de VE aumentaron entre 2021 y 2023, la asequibilidad sigue siendo un obstáculo para un crecimiento sostenido.
Elon Musk comenzó apelación
Elon Musk inició este martes su apelación para intentar recuperar los 56 mil millones de dólares que recibió de Tesla, alegando que un juez de primera instancia cometió múltiples errores legales al rescindir la compensación récord.
Según lo que argumentó el paquete salarial de 2018 resultó en un crecimiento espectacular para el fabricante de vehículos eléctricos y, sin embargo, el Tribunal de Equidad de primera instancia lo determinó injusto para los accionistas, quienes votaron dos veces a favor del plan.
“Ese resultado contradictorio desafía los principios establecidos de la ley de Delaware, la buena gobernanza corporativa y el sentido común”, declaró Musk en el escrito inicial de apelación, presentado por Musk y los directores actuales y anteriores de Tesla, demandados en el caso.
En enero de 2024, la canciller Kathaleen McCormick rescindió el paquete salarial de opciones sobre acciones, calificándolo de “incomprensible”. Afirmó que era injusto para los accionistas de Tesla porque los directores que lo aprobaron estaban en deuda con Musk y Tesla ocultó información clave a los inversores antes de votar a favor.
En junio, Tesla obtuvo la aprobación de los accionistas para el paquete salarial por segunda vez, pero el juez rechazó eso como fundamento para revertir su fallo.
El paquete salarial otorgaba a Musk opciones para comprar alrededor de 303 millones de acciones de Tesla a unos 23 dólares cada una si la compañía alcanzaba sus objetivos de rendimiento y valoración. Las acciones de Tesla cerraron el martes a 230,58 dólares.
Tesla ha afirmado que la creación de un nuevo paquete salarial de valor similar podría resultar en un cargo de 25 mil millones de dólares, lo que convierte la apelación en una vía importante para restablecer la compensación de Musk y mantener su atención en Tesla.
Musk ha declarado que desea una mayor participación en Tesla o podría desarrollar productos fuera de la compañía. La apelación se produce en un momento en que dedica tiempo a la iniciativa de eficiencia gubernamental del presidente Trump, conocida como DOGE, que ha provocado manifestaciones frente a los concesionarios de Tesla. Las acciones han caído drásticamente en las últimas semanas.
En el escrito de apelación, Musk y los demás demandados alegaron que McCormick aplicó erróneamente un estándar legal muy complejo, conocido como equidad total, para evaluar el paquete salarial.
Estableció dicho estándar al determinar que Musk, quien poseía el 21,9% de las acciones en el momento en que la junta directiva aprobó el paquete salarial, controlaba las negociaciones salariales, según el escrito. Además, determinó erróneamente que las relaciones comerciales ordinarias entre los directores generaban conflictos y criticó erróneamente las divulgaciones de Tesla antes de la votación de los accionistas de 2018, según el escrito.
Aplicar el estándar de equidad total equivalía a otorgar una “licencia para demandar” a los accionistas de Tesla, según el escrito. La demanda fue interpuesta por Richard Tornetta, un inversor de Tesla que poseía nueve acciones cuando presentó el caso en 2018. La demanda beneficia a Tesla, no a Tornetta, en lo que se conoce como una demanda derivada.
Musk criticó duramente la decisión salarial y ha animado a otras empresas a seguir los pasos de Tesla y SpaceX y reincorporarse desde Delaware. Unas cuantas han abandonado el estado o han anunciado que lo harán, entre ellas Meta Platforms, TripAdvisor y la empresa de medios de Trump.
El temor de que un goteo de empresas se convierta en una estampida, denominada “DExit”, impulsó a la legislatura del estado a considerar la modificación de su ley corporativa para proteger mejor a los accionistas controladores de demandas.
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