Quién imaginaría que para el 2022 ya no existiría el gigante de la fotografía, Kodak y qué, paradójicamente, se estarían tomando e intercambiando miles de millones de fotografías todos los días.

Se dice que la fotografía, es el arte de expresar con una cámara la realidad. A través de la lente hemos visto, historia, drama, alegrías, triunfos y derrotas. Los expertos y aficionados de la lente nos han entregado testigos del devenir del planeta y sus habitantes.

En la mercadotecnia y las relaciones públicas, las impresiones han jugado un papel determinante en la manera de comunicar. Vivimos en una época en la que todo es instantáneo y la capacidad de atención suele ser corta. Entonces, aunque obviamente apreciamos completamente hasta qué punto las relaciones públicas se basan en la cuidadosa selección de palabras, el valor de la fotografía ciertamente no puede subestimarse. Las imágenes interesantes y de buena calidad pueden tener un éxito abrumador a la hora de captar la atención de un editor y del público objetivo.

Recuerdo en mis inicios en esta profesión, durante el verano, mi padre se encargaba de que mi hermano y yo, no “estuviéramos vagos” en el período vacacional y nos llevaba a trabajar a la agencia. Le hicimos de todo: office boys, mensajeros, recortar y pegar publicaciones, en fin. Pero lo que más nos atraía era el cuarto oscuro.

Ahí no solo conocimos como revelar, amplificar, imprimir y copiar, fotografías sino el valor de las mismas como complemento de los boletines de prensa o la sesión para el nuevo modelo Datsun. Pero lo que encontraba fascinante era la manera en que se generaban las “photo opportunities”: el cheque gigante de un premio o un donativo; la bella actriz sembrando un árbol o a bordo de un descapotable o el nuncio apostólico bendiciendo una nueva planta industrial.

Proporcionar imágenes de calidad puede contribuir a contar la historia de un cliente o transmitir un mensaje específico. Las fotos pueden agregar una dimensión completamente nueva a una historia, haciéndola más atractiva. Es fundamental pensar en las fotografías como un escaparate; la aparición de esta ventana puede animar o desalentar a una persona a profundizar más en un contenido.

En una sociedad cada vez más dinámica, es importante aprovechar al máximo el impacto que la fotografía puede tener en un editor y un público objetivo. Las imágenes generalmente tienden a ocupar un espacio destacado dentro de un artículo o anuncio, algunas personas pueden evitar leer el texto adjunto si esta imagen no capta su atención. Los humanos somos seres visuales, una tendencia exacerbada por la rápida expansión del uso de las redes sociales.

Tanto los editores como los lectores disfrutan viendo imágenes que realmente dan vida a la marca o al mensaje. Las fotografías pueden hacer que las historias parezcan mucho más cautivadoras y añadir valor a las personas que simplemente no tienen tiempo para leer la historia completa, lo que hace a la fotonota un buen recurso.
Y esto los constatamos desde las épocas de gloria de la emblemática revista TIME, que contaba con un editor dedicado solo para escribir los pies de foto, pues de acuerdo a estudios de audiencia, un gran número de lectores se concentraba en las fotografías, más que en los textos.

Sin embargo, es importante ser selectivo al decidir las imágenes apropiadas para encajar con el texto. La fotografía de baja calidad puede tener un efecto adverso y disuadir a un editor. Por ello, es fundamental elegir un fotógrafo profesional que tenga la capacidad de proporcionar ideas creativas que permitan que una marca destaque, al tiempo que transmita un mensaje apropiado.

Es importante recordar que el texto y las imágenes son un paquete. No se puede presentar una imagen de calidad sin un texto bien escrito y viceversa. El texto y las imágenes dentro de un artículo o anuncio pueden funcionar como una asociación colaborativa en la que contribuyen a contar una historia singular o proporcionar un mensaje específico.

Si bien es cierto que muchos medios prefieren utilizar sus propias fotografías, logísticamente no siempre funciona. De ahí que las fotos que emanan de acciones de relaciones públicas deben considerar lo que es valioso para el medio. Cuando esté capturando imágenes para una historia, asegúrese de tener una variedad de tomas diferentes y emotivas, para lograr que sean una opción.

Las fotografías nunca deben concebirse como un complemento: deben ser una parte integral de la estrategia general. Es conveniente contar con un fotógrafo de confianza que entienda la historia y prepare la escena con la mentalidad de un periodista. Elegir la imagen de relaciones públicas correcta puede hacer o deshacer una historia, así que hay que dar a las fotos, la importancia que merecen, siempre.