Santiago, Chile.- La sutileza siempre será un buen recurso a la hora de planear una estrategia de marketing y publicidad. Más aún cuando esa sutileza se transforma en valor agregado. Sí, porque el producto es una cosa, sus resultados y los resultados de sus resultados, otra. A continuación, un ejemplo genial del valor agregado de un producto.
¿Para qué sirve un cepillo de dientes eléctrico? Básicamente para mejorar higiene bucal. Si lo pensamos más, para mantener tu estética y luego…para conseguir aquella sonrisa encantadora que nos abre todas las puertas y dibuja muchísimas oportunidades en lugares donde el receptor es sensible.
Te presento un comercial que OralB Italia, el que por medio del concepto “El poder de la sonrisa” va generando una serie de expectativas con respecto al valor agregado del producto (precisamente un cepillo de dientes eléctrico)
¿Te fijaste en los textos? “El no sabe, pero está a punto de encontrar un trabajo”…”Ella no sabe, pero está a punto de conocer a su mejor amigo” y así sucesivamente. En este caso, la sutileza con la que se invita al público a utilizar el producto es genial, en el sentido de que sería más fácil hablar de lo que provoca la falta de higiene, por ejemplo, pero obligaría a volver a las imágenes de bacterias, caries y todo tipo de males repetidos en los comerciales de cepillos dentales y dentífricos.
Lo cuidado de la estética, siendo un elemento sumamente consecuente con el concepto, definitivamente es materia, sino de estudio, de observación.
Y ¿te acuerdas cuando hablábamos de “la otra mirada”? Sin duda este es un buen ejemplo de ello.