WhatsApp es una de las aplicaciones de mensajería digital más utilizada a nivel mundial; cuenta con más de 2 billones de usuarios activos.
Según datos de Reuters, en 2014, Facebook compró WhatsApp por 21,800 millones de dólares, cerca de 3,000 millones más de lo que estaba previsto, debido al incremento del valor de las acciones.
El gigante de la red social azul vio en la app móvil todo el potencial que podría desarrollar en el mercado.
Desde ese entonces, WhatsApp ha tenido un crecimiento constante, acelerado e imparable, por lo que cada vez más empresas y marcas encuentran en esta vía una posibilidad de comunicarse de manera directa para buscar lo que probablemente es más difícil de alcanzar: “Lealtad de marca”.
Las estrategias de marketing en WhatsApp implican acciones que van desde la comunicación directa con los usuarios, hasta el envío de contenidos de valor y, aunque WhatsApp no es una herramienta pensada para contextos comerciales, el enfoque innovador de las marcas ha permitido expandir su uso más allá de lo social y lo familiar.
Algunas ventajas de esta plataforma son: 1. No hay algoritmos que te perjudiquen. 2. Brinda alta visibilidad. 3. Comprueba el éxito de los envíos. 4. Dispone de gran variedad de formatos de contenidos. 5. Existe poca competencia en el mercado. 6. Optimiza el uso con la versión WhatsApp Web. 7. Mejora las experiencias mediante el person to person.
Enviar mensajes por esta vía permite cumplir el objetivo de informar y al mismo tiempo mantener la privacidad de los contactos. Para estrategias de Relaciones Públicas, funciona armar grupos para proyectos específicos y, de esta manera, lograr una comunicación más eficaz y dinámica. El reto sigue siendo no abusar, no sobresaturar de mensajes, entendiendo que son demasiados canales a los que nos exponemos a cada momento. La recomendación es que, para formar grupos, cada uno de los participantes tenga previo aviso y dé su consentimiento y, por supuesto, utilizar esta herramienta de manera ética y segmentada, medir el ritmo y la frecuencia con base a los objetivos y estrategia de cada campaña. Finalmente, no decir no es una estrategia efectiva; pero decir y escribir de más, sin duda, puede ser contraproducente.