En un mercado como el actual, los nuevos productos parecen no tener espacio, aún cuando el consumidor exige de manera constante innovación a sus marcas.
Un reciente estudio elaborado por Nielsen indica que el 63 por ciento de los consumidores aprecia la aparición de nuevos productos, mientras que el 57 por ciento de los mismo reconocer adquirir algún nuevo lanzamiento en sus compras habituales.
No obstante, lanzar nuevas propuestas al mercado no es tarea sencilla para las marcas y es una tarea que se complica aún más si se considera la creciente cantidad de productos que hoy existen en el mercado.
Sólo para ilustrar la complejidad de lanzar un nuevo producto y tener éxito en la actualidad, basta recordar que el 76 por ciento de los lanzamientos son retirados del mercado antes de cumplir un año de vida.
Presentación como clave
Más de un caso en el mercado ha demostrado que no sólo se trata de tener un nuevo producto con las capacidades de cubrir las necesidades de los público. Revertir las cifras anteriores tienen mucho que ver con la capacidad de las marcas para dar a conocer sus innovaciones.
Uno de los casos mas evidente es Apple, firma que aunque para muchos especialistas atraviesa por una crisis de innovación, sus productos siempre son recibidos con buenos ojos por el consumidor aún cuando, por ejemplo en el terreno de los smartphones, sus precios son visiblemente más elevados que los de su competencia.
En buena medida, esto tiene que ver con el músculo de marketing que suponen cada una de sus keynote, eventos que nacieron de la mente maestra detrás de la firma, Steve Jobs.
El secreto de Jobs
Además de los elementos característicos que ya todos conocemos de estos eventos de presentación, desde Business Insider refieren que Steve Jobs tenía un secreto para asegurarse que el lanzamiento de sus productos fuera un éxito y, lejos de lo que pudiera pensarse, su secreto es más simple que la cantidad de luces que iluminan el escenario, el tiempo de promoción para generar expectativa o los invitados al escenario.
El gran secreto de Jobs está en el diseño de sus presentaciones, en específico en la cantidad de palabras que se colocan en cada diapositiva así como en el tamaño de fuente utilizada.
De acuerdo con el medio mencionado, Jobs era partidario de utilizar fuentes de gran tamaño no sólo para facilitar la lectura para el público, sino también como una estrategia para llamar a la musa de la creatividad, dar claridad y fortaleza al mensaje así como conectar con la audiencia a través de texto que emula el efecto que las imágenes tienen en el cerebro.
En otra palabras, el secreto de Jobs al momento de presentar un producto puede resumirse en los siguientes puntos:
- Steve Jobs utilizaba un tamaño de letra de 190 puntos, contrario a la norma general que alcanza los 30 puntos.
- El texto grande obliga al orador a ser más estratégico y creativo en su discurso. Cada diapositiva por lógica contiene menos palabras y esto demanda que el orador ponga especial atención en las palabras que usa y elimine aquello que no es necesario.
- A menos palabras en pantalla, más atención recibirá por parte del público, lo que consigue un mayor y mejor feedback entre el ponente y la audiencia.