Si crees que sĂłlo la selecciĂłn nacional de futbol es capaz de llenar estadios, entonces debes ver el video que aparece en esta contribuciĂłn y verificar la manera en la que el Tri de básquetbol, además de atiborrar la arena en la que ganĂł recientemente el Centrobasket, le convierte en el combinado estrella del deporte nacional durante este verano y que le harĂan merecedor a ganarse todos los patrocinios posibles.
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No resulta una exageración el promover el apoyo mercadotécnico de esta notable generación de basquetbolistas mexicanos, equipo comandado por Gustavo Ayón, que nos representará en el próximo Mundial de la especialidad que está por celebrarse en España.
Además, la masa es importante, ya que de acuerdo con un estudio publicado por Consulta Mitofski durante enero del 2014, se sitúa al básquetbol como el tercer deporte con mayor afición en México, sólo por detrás del futbol y del boxeo, y con toda seguridad es más practicado que el deporte de los puñetazos.
Lo anterior se plantea como un dato de lo más destacado, ya que, sin duda, el básquetbol nacional de ninguna forma —quizá por los problemas federativos que prácticamente lo tuvieron en coma durante 30 años— ha recibido la cobertura mediática o el apoyo en términos financieros, de publicidad o patrocinios que sà reciben el soccer y el boxeo, además del béisbol (que también ha tenido grandes logros internacionales y dos ligas muy fuertes).
Vaya, hasta el fĂştbol americanos (hablamos de la ONEAF) tae kwon do, la lucha libre, las artes marciales mixtas, el golf, el tenis, los juegos extremos y el automovilismo (que con la re-incersiĂłn de la F1 en MĂ©xico, además de las actuaciones de Sergio PĂ©rez y Esteban GutiĂ©rrez, entrará en una Ă©poca de auge), han recibido más apoyo mediático y financiero que el deporte de las canastas, y aĂşn asĂ, es el tercero en tĂ©rminos de aficiĂłn y por encima de las disciplinas mencionadas.
Pero más allá de que todavĂa me vienen a la memoria aquellas grandes series finales, transmitidas por Imevision (la empresa de TV del estado durante los 80 y parte de los 90), entre los Dorados de Chihuahua y los Diablos Rojos de MĂ©xico de la Liga Nacional de Básquetbol Profesional (cĂłmo el AmĂ©rica – Guadalajara del básquetbol), en las que se llenaban hasta el tope el Gimnasio Rodrigo M. Quevedo de Chihuahua y el Palacio de los Deportes, la realidad es que existen vastas regiones en todo el paĂs en el que las canchas de basquetbol siempre están ocupadas por jugadores que se toman muy en serio su aficiĂłn, sin importar que estĂ©n derrochando estilo de juego, sea en los Viveros de Coyoacán o alrededor de un aro improvisado a un lado de la iglesia de Juquila en Oaxaca.
Por ello, queda claro, que con un poco de voluntad e interĂ©s, se podrĂa bregar sobre un terreno muy fĂ©rtil de millones de aficionados, que prefieren el arte de las manos al arte de los pies.