Sin duda las crisis, si las vemos de forma positiva, pueden convertirse en una gran oportunidad de salir de nuestra zona de confort, las crisis nos hacen sentir miedo, es normal tenerlo, por mi parte, siempre he pensado que el miedo es bueno, siempre y cuando no te paralice, ese miedo que te hace reaccionar, ese miedo que te da fuerza para saltar y evitar algún obstáculo, ese que te hace pensar en una solución, ese miedo para mí, es positivo, no como esas cabras que se espantan, caen paralizadas y su depredador llega sin problema.
Cuando el covid nos mandó a nuestra casa, tuvimos que armar un plan de contingencia, trasladas computadoras a casa, que los colaboradores adaptaran sus espacios de trabajo y sobre todo en aprender a comunicarnos con mayor eficiencia, en un inicio todo era incierto y la comunicación no era la mejor, poco a poco nos adaptamos y empezamos a generar mejores resultados. Estando en el área creativa, los diseñadores necesitamos espacio, tiempo de reflexión y que mejor que nuestra propia casa, al menos en nuestro caso, nos permitió trabajar de forma más eficiente y con buenos resultados, hoy en día nos reunimos una vez al mes, y más para socializar, para no perder el contacto humano, pero hicimos de lo virtual una forma de vida, nos dimos cuenta de que podemos ser disciplinados y que una oficina como tal sobraba, era más bien la costumbre de tener un lugar, así lo dictaba la sociedad, el estilo de trabajo, y quizás era una forma de pertenecer al glamour.
Hoy en día manejamos el tiempo y somos más productivos, gastamos menos en comida, en transporte y en el cafecito que se convirtió en un gasto hormiga, y lo mejor es que somos más felices y por consecuencia más relajados en muchos sentidos.
Como todo cambio que hemos vivido, el empezar en forma remota tuvo una gran curva de adaptación y aprendizaje, hoy en día tenemos como regla definir objetivos, teniendo resultados y sobre todo, aplicar lo aprendido, tener métricas que nos permitan visualizar que se está logrando algo positivo, el medir es una de las grandes aciertos para poder corregir y avanzar, hemos logrado establecer horarios y sobre todo, nos hemos vuelto puntuales en el horario laboral.
Este modelo nos ha permitido tener libertad, no libertinaje, los diseñadores tienen el total manejo de su tiempo y lo hemos visto reflejado en su productividad, nos dimos cuenta de que en la oficina teníamos demasiadas distracciones, el trabajo en línea nos permite enfocarnos, cumplir tiempos y sobre todo una mejor comunicación, ya que en su mayoría, manejan muy bien las plataformas y estamos más actualizados en la tecnología de comunicación.
Incluso los proveedores y clientes están más cómodos con esta nueva etapa laboral, no todo ha sido malo. Hoy en día es más común poder grabar una sesión sí que se sientan invadidos, más bien es una buena forma de evitar errores, pudiendo retroceder o adelantar para verificar datos importantes, sobre todo en los inicios de proyecto.
Aprovechar el tiempo y tener libertad de acción ha sido unas de las cosas que más se han valorado en el grupo de trabajo. Las reuniones virtuales son más efectivas y las reuniones mensuales en persona son más para relajarnos, incluso uno de mis socios trabaja desde Mexicali y sin mayor problema.
A los clientes les ha gustado que hemos sido más esquemáticos y más narrativos al presentar ideas o proyectos, la ventaja de poder presentar sin problema ha sido una gran ventaja, esas presentaciones se pueden comentar o corregir al momento y ambas partes ganamos tiempo valioso, los comentarios quedan grabados o escritos en la pantalla y el error disminuye radicalmente.
A pesar de que estamos en casa, las distracciones, comentan los diseñadores, han disminuido y les da tiempo de comer mejor, ser más sanos, hacer ejercicio, cosa que no se lograba antes por los tiempos de transporte, eventualidades y en muchos casos la inseguridad.
Muchos de nosotros nos hemos convertido en nómadas digitales, hemos podido experimentar trabajar desde la playa, desde otros estados, incluso países sin ninguna restricción geográfica o de horario, nuestra productividad ha mejorado y desde el año pasado decidimos que la oficina es una herramienta que no retomaremos por el bien de los colaboradores, mía y por una salud mental que se ve reflejada en resultados y ganas de seguir creciendo.