La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un informe denominado āDesafĆos y oportunidades del teletrabajo en AmĆ©rica Latina y el Caribeā, en el cual sostiene que, segĆŗn estimaciones preliminares, āen el peor momento de la crisis, en el segundo trimestre de 2020, unos 23 millones de personas teletrabajaron en la regiónā.
Esta cifra representa entre el 20 y 30% de los asalariados que estuvieron efectivamente trabajando, lo que implica un aumento gigantesco de esta forma de trabajo, ya que antes de la pandemia, en el aƱo 2019, la cifra de uso de esta forma de desempeƱar las funciones laborales era inferior al 3%.
SegĆŗn Vinicius Pinheiro, Director de la Organización para AmĆ©rica Latina y el Caribe, āla crisis causó una aceleración de tendencias en los mercados laborales, lo cual deja la sensación de que, junto a la situación dramĆ”tica de la pĆ©rdida de empleo, el futuro del trabajo se estuviera manifestando antes de lo esperado.
Igualmente manifiesta que āel teletrabajo ayudó a amortiguar los impactos negativos de la crisis en los mercados de trabajo contribuyendo a la preservación de millones de empleos. Tras la recuperación seguramente seguirĆ” siendo una opción y generando nuevas oportunidades, aunque estĆ” claro que aĆŗn estĆ” pendiente responder a desafĆos tanto para los trabajadores como para las empresas que debieron implementarse rĆ”pidamenteā.
En virtud del crecimiento exponencial de esta modalidad y la proliferación de formas hĆbridas que combinan trabajo presencial y trabajo a distancia, debemos entender y estar preparados para la continuidad del teletrabajo, ya que por lo que se ha visto, llegó para quedarse.
Empresas como Twitter y Microsoft han decidido continuar bajo esta modalidad e inclusive disminuir sus espacios fĆsicos de trabajo, ya que con ello pueden ahorrarse gastos de arriendos o alquileres, seguros patrimoniales, servicios pĆŗblicos, seguridad fĆsica, entre otros. Por su parte, para los trabajadores representa en algunos casos una forma de trabajar con flexibilidad de horarios, siempre y cuando se logre llevar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
SeƱala el informe que āEl teletrabajo facilitó la continuidad de ciertas actividades económicas y, con ello, de la relación laboral, lo cual resultó de particular importancia teniendo en cuenta el fuerte impacto negativo de la crisis en los mercados de trabajo de la regiónā. āEsta modalidad plantea desafĆos que deben ser abordados de modo de asegurar que contribuya positivamente al mundo de trabajo, tanto para las empresas como para los trabajadoresā.
Retos que deberƔn ser atendidos
Tan arraigada estĆ” la figura del teletrabajo, que ya en nuestra región se han comenzado a dar pasos legales tendientes a la regulación del mismo, de caras a proteger al trabajador y asegurar que esta modalidad contribuya positivamente al crecimiento de la ocupación laboral y la reactivación de la economĆa. Buenas prĆ”cticas que protejan los derechos, la salud y el bienestar de los trabajadores, que generen una cultura organizativa para aprovechar eficientemente las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologĆas, y obtener ganancias de productividad y resultados eficientes de acuerdo a los objetivos y posibilidades de las empresas, son algunas de las metas que se buscan con la regulación.
A nivel de estadĆsticas podemos observar en el referido informe lo siguiente:
- Según el nivel educativo, el aumento del trabajo desde el domicilio se verificó fundamentalmente entre los trabajadores de mayores calificaciones. En el segundo y tercer trimestre de 2020, entre el 40 y el 60 por ciento de los ocupados dependientes con nivel educativo universitario estaban trabajando desde sus hogares.
- Según el tipo de ocupación: Han sido las ocupaciones profesionales, técnicas y gerenciales las que registraron los mayores incrementos en la incidencia del trabajo desde el domicilio.
- Según la formalidad/informalidad: Fueron los trabajadores formales quienes tuvieron mayores probabilidades de continuar sus actividades desde el domicilio. Desde el segundo trimestre de 2020 el 80 por ciento o mÔs de esta modalidad de trabajo estuvo desarrollada por asalariados formales.
- SegĆŗn el gĆ©nero: Se mantuvo la mayor incidencia del trabajo desde el hogar en el empleo femenino, alcanzando, en algunos casos, a un tercio de las mujeres asalariadas que continuaron con una ocupación. Durante este perĆodo las mujeres se han dado cuenta de mĆ”s de la mitad del uso de esta modalidad entre los asalariados.
- Según la edad: Entre el 50 y el 60 por ciento del trabajo desde el domicilio durante la pandemia ha estado concentrado en los asalariados de edades centrales (25 y 44 años). Le siguen en orden de importancia las personas de 45 años y mÔs.
Pero no todo ha sido positivo con el Teletrabajo, por lo general las personas tenemos tres espacios donde desarrollamos nuestra vida, el primero se refiere al espacio fĆsico donde realizamos nuestro trabajo; el segundo al espacio de compartir, distracción, asociado a las salidas a compartir luego del trabajo que sirven para distraerse y relajarse; y, el tercero, nuestro hogar, que sirve de confort y descanso. Si los trabajadores no logran identificar y delimitar bien estos espacios porque todos confluyen en un mismo sitio, es difĆcil identificar lo que es trabajo y lo que es no trabajo, y podemos llegar a presentar niveles de aumento de estrĆ©s.
Encontramos que el sĆndrome de āburnoutā o sĆndrome de āestar quemadoā o āsĆndrome de agotamiento profesionalā, tambiĆ©n entendido como estrĆ©s laboral, ha venido en aumento en los Ćŗltimos dos aƱos. SegĆŗn cifras de la Organización Mundial de Salud, MĆ©xico es el paĆs con mayor nivel de burnout en el mundo, se estima que el 75% de las personas trabajadores padece de estrĆ©s laboral crónico, es decir, 8 de cada 10 personasĀ padecen de esta afectación; mientras que en China son 7 de cada 10 y en Estados Unidos, 6 de cada 10.
Dentro de los retos que considera la OIT para que los estados puedan avanzar en materia de teletrabajo encontramos los siguientes:
- Principio de voluntariedad y acuerdo entre las partes.
- Organización y tiempo de trabajo.
- Seguridad y salud en el trabajo.
- Equipamiento y elementos de trabajo.
- Protección del derecho de privacidad de los trabajadores.
- Dimensión de género y teletrabajo.
- Rol de los actores sociales.
- Relación laboral y cumplimiento de la legislación.
Corresponde entonces a los estados y a las empresas desarrollar polĆticas destinadas no sólo a regular el teletrabajo, sino ademĆ”s, a lograr actividades que ayuden a los colaboradores a separar la actividad laboral, de la vida personal, a lograr espacios de esparcimiento, goce y disfrute para poder aligerar esta carga y reducir los niveles de estrĆ©s laboral en sus empresas.