Hoy en día la nueva generación de estudiantes y futuros trabajadores buscan un giro profesional diferente para generar ingresos y dedicar su vida: convertirse en influencer, tiktoker y youtuber.
Según una encuesta realizada por Lingokids, una plataforma digital especializada en el aprendizaje de inglés para niños, la tendencia de los jóvenes se encamina a la digitalización y el desarrollo e innovación en redes sociales, inspirándose en aquellos creadores de contenido que hoy manejan la red y la publicidad de todo el mundo.
La encuesta realizada a 600 padres y madres revela que 9.8 por ciento de los niños responden “youtuber, influencer o tiktoker” a la pregunta: ¿qué quiere ser tu niño o niña cuando sea grande?; mientras que 37.3 por ciento aún espera convertirse en doctor, seguido de un 11 por ciento que busca el sueño de convertirse en futbolista profesional.
Con el tercer lugar en el ranking, el oficio de creador de contenido viral relegó a otras profesiones como profesor, con 7.3 por ciento); policía, con 6.6 por ciento; o cantante, con 5.1 por ciento.
“Más allá de la especificidad de las elecciones de los chicos, se percibe una mayor apertura y la inclusión de otros factores intangibles en el apoyo que dan a sus deseos, donde la felicidad y el bienestar con la que asocian sus elecciones da referencia a el rol que antes jugaban las ideas de salidas laborales seguras y bien remuneradas”, delimita el estudio al destacar la flexibilidad de los padres ante la elección de vida de sus hijos, donde sólo un 0.17 por ciento de verdad desearía que se conviertan en influencers virales.
Influencer: el oficio de moda
Cada vez son más los jóvenes que aspiran a convertirse en influencer, menospreciando sus estudios básicos y las carreras profesionales más allá de los likes.
Datos del informe “Consumir, crear, jugar“, del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación FAD, el 82.4 por ciento de los jóvenes reconoce crear contenido para redes sociales con la esperanza de volverse virales y empezar a difundir su imagen, en especial Instagram, TikTok, YouTube y Twitch.
“Uno de cada tres jóvenes declara que le gustaría dedicarse profesionalmente a la creación de contenido”, revela estudio, donde los jóvenes no son cocientes del salario de un influencer, pero consideran que se trata de mucho dinero.
Sin embargo, los estudiantes sí asimilan una cosa: ser influencer todavía no es una profesión institucionalizada en todo el mundo, al no tener regulaciones homogéneas y monetarias o simplemente al no contar con avales, lo que hace la labor más complicada y fija la idea necesaria en la mente de los jóvenes de que un creador de contenido “dedica gran parte de sus esfuerzos y energías” a la nueva realidad digital y virtual del entorno educativo, financiero, social, artístico y comercial.
“En un contexto de incertidumbre sobre el futuro y de elevado paro juvenil, la posibilidad de poder dedicarse profesionalmente a una práctica que está inextricablemente ligada con la vida cotidiana, aunque sea como mero entretenimiento, resuena con mayor fuerza”, explica Alejandro Gómez para The Conversation.
El técnico de investigación hace referencia al talento y perseverancia del éxito en rede sociales, dada la inestabilidad laboral que afecta a nuestro país desde hace décadas, ya que, pese a la gran cantidad de jóvenes que lo intenta, muy pocas personas logran llegar a tener ese alcance. De hecho, el 7.8 por ciento ha intentado ganarse la vida creando contenido alguna vez, viendo los grandes atractivos del oficio, pero no sorteando los desafíos de un medio selectivo en que sólo pocos pueden destacar, lo que nos lleva a que 8 de cada 100 personas en el mundo apuesten todo por este tipo de “emprendimiento” y lo abandonen en poco tiempo.
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