La música ha vivido revoluciones tanto en su composición como en su distribución a lo largo de la historia, desde la incorporación de instrumentos musicales eléctricos, los géneros musicales, la transición del casette al disco y de allí al reproductor.
La relación entre las disqueras y los artistas también se modificó, la llegada del internet supuso un cambio en la forma de distribuir los contenidos, incluso, algunos músicos lograron el éxito sin necesidad de ligar su arte con un empresa del sector, uno de los ejemplos son los Artic Monkeys quienes se valieron de la opción que otorgaba MySpace para las agrupaciones, así como los millones de músicos que a través de Youtube se han dado a conocer.
Asimismo, la descarga ilegal de materiales implicó pérdidas para el gremio, mucha gente utilizó Ares para bajar sus canciones favoritas sin gastar un centavo, la desventaja de valerse de ese tipo de servicios eran los virus que entraban en los dispositivos, sobretodo computadores; de tal modo que los jugadores de esta industria encontraron en los servicios de streaming el paso evolutivo que beneficia al artista, a quienes les corresponden ganancias por cada click recibido, en tanto que el consumidor puede tener un catálogo sumamente variado por un precio bajo y con la calidad y seguridad que representa una suscripción.
La Federación Internacional de la Industria Fonográfica (ipfi) dio a conocer que las ventas mundiales de música obtuvieron un incremento récord en 2016, lideradas por los servicios de streaming; durante 2016 se alcanzaron 15 mil 700 millones de dólares, cifra que representó un aumento de 5.9 por ciento en comparación con 2015, este dato es el más importante desde que el organismo comenzó a publicar sus cifras para el mercado mundial de la música en 1997.
Las ganancias de las firmas de música bajo demanda fueron de 60.4 por ciento durante el año pasado debido al aumento en la popularidad de plataformas como Spotify, Apple Music, Tidal o Dezzer. El crecimiento en este segmento del mercado ha sido exponencial, en 2014 subió 3.2 por ciento para en 2015 crecer 47.3 por ciento.
Por primera ocasión, la música en línea y las descargas representan el 50 por ciento de las ventas mundiales, en contraparte, los formatos físicos retrocedieron 6.8 por ciento, acumula un descenso de 77 por ciento en los últimos 15 años.
Los consumidores se sienten atraídos hacia este tipo de servicios debido a que los algoritmos de las aplicaciones reconocen los gustos musicales de las personas, lo que facilita la búsqueda de contenido, además de que los playlist se convirtieron en un producto promocional, artistas y famosos elaboran listas musicales acordes a algún momento del día o una fecha en especial.
EL número de suscriptores de estas herramientas se cuentan por millones, Spotify declaró contar con 50 millones de suscriptores al mes de marzo del presente año, seguido de Apple Music con 20 millones, al tiempo que Dezzer, Napster y Tidal aún no superan los 10 millones de seguidores. De igual forma, los precios de suscripción no superan los 10 dólares mensuales, debido a la creciente competencia que existe en el mercado.
A pesar de que este creciente segmento muestre una alta penetración en el mercado, las tendencias de consumo en música se mantienen cambiantes en todo momento, las revoluciones que suponieron los discos, memorias, casettes, y demás opciones, nos dejan en claro que en próximas fechas veremos nuevos formatos en distribución de música.