Por León Felipe Sánchez Ambía
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Varias veces he hablado en esta columna sobre las prácticas, cada vez más agresivas, que lleva a cabo la BSA para verificar que el software que se utiliza en las empresas sea legal. Dejando a un lado el debate ético sobre si se debe dejar que revisen el software de tu empresa, como particulares que son, o no, la realidad de las cosas es que los programas de cómputo que utilices, tanto a nivel de empresa como de persona, deben ser legales. Si utilizas un software propietario, es decir que no es libre conforme a la licencia que lo acompaña (Windows, Office, AutoCAD, CS5, etc.) debes de contar con la documentación que acredite su legal adquisición y el pago del precio de la licencia.
Existen varias causas por las que un software puede ser considerado ilegal o irregular. Aún y cuando hayas pagado por la licencia del software, puede ser que estés incurriendo en alguna violación a la misma y puedas estar sujeto a cometer una infracción a la Ley Federal del Derecho de Autor.
Por ejemplo, si usas una versión académica de Office para tu empresa, estás en falta. La versión académica de los programas en general, no permite el uso en empresas debido a que están destinadas a estudiantes y profesores. En consecuencia, si pagaste una licencia académica y la usas en tu empresa, estás violando los términos de la licencia y cometiendo una infracción a la Ley que puede derivar en la imposición de una multa de hasta diez mil días de salario mínimo por programa que esté en las mismas circunstancias.
Los altos costos de las licencias de software producido por las empresas pertenecientes a la BSA no son excusa para utilizar programas de cómputo ilegal. Si no te alcanza para pagar los estratosféricos precios que piden por usar su software estas empresas, simplemente no lo utilices.
Mejor, en vez de caer en la ilegalidad, utiliza software libre. Ojo, libre no necesariamente implica que sea gratuito. En la mayoría de los casos, el software libre es gratuito pero puede darse el caso de que haya software libre que tengas que pagar por usar.
Existen programas libres que pueden sustituir, de forma gratuita, los programas más utilizados en la industria. De esta forma, puedes estar seguro de que tu empresa no estará cometiendo ninguna infracción y la BSA no tendrá absolutamente nada que decir al respecto. La mejor forma de cerrarle la puerta al riesgo es estando legal.
Algunos ejemplos de software libre que te pueden servir:
Si usas Windows, cámbialo por Ubuntu. Ubuntu es un sistema operativo mucho más sólido y confiable que el lastimoso Windows.
Si usas Office, cámbialo por Openoffice.org. Openoffice.org es una suite de oficina que sustituye perfectamente al de Microsoft, es compatible con el de Microsoft y el de Apple y no te cuesta un centavo. Además, Openoffice.org puede instalarse en Windows, OSX o Linux.
Si usas Photoshop, cámbialo por Gimp. Gimp es un programa para edición y manipulación de imágenes con calidad profesional. Sin duda te puedes ahorrar varios dólares al sustituir tus programas de Adobe por software libre, con la confianza de que el desempeño de estos últimos no le pide nada a los de paga.
Si usas Maya, cámbialo por Blender. Blender es un programa para modelaje en 3D que produce resultados impresionantes. También es gratuito.
No le tengas miedo al software libre. Los mitos de que no es compatible con el software comercial, que es software inestable, que es propenso a virus, que no es de calidad, etc., son justamente eso: mitos.
Si estás interesado en migrar tu empresa a software libre, estar legal y ahorrarte miles de pesos en licencias, puedes contactar a la AMESOL y recibir asesoría para transitar hacia un mundo más libre.
Son las Leyes de Mercado
Asesórese con su abogado.