La nueva Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó el pasado martes la Ley Bitcoin. con la cual este pequeño país en Centroamérica se convierte en el primero a nivel mundial en adoptar a la criptomoneda como moneda de curso legal, gracias a una iniciativa del presidente Nayib Bukele.

El antecedente 

El pasado lunes fue cuando el presidente salvadoreño, anunció en un video transmitido desde la conferencia Bitcoin 2021 celebrada en Miami que buscaría convertir a El Salvador en el primer país en el mundo en adoptar al Bitcoin como moneda de curso legal, por lo que la semana entrante enviaría al Congreso una ley para hacerlo una realidad, algo que sin duda se adelantó.

Bukele aseveró que esta acción en el corto plazo generaría empleos y ayudaría a fomentar la inclusión financiera a miles de personas fuera de la economía formal, para que en medio y largo plazo “esta pequeña decisión pueda ayudarnos a llevar a la humanidad al menos un poco en la buena dirección”.

Para ello, Bukele comentó que se asoció con la compañía de finanzas digitales Strike con la intención de establecer la logística de la decisión, la cual era probable que se aprobara gracias a que el populista de derecha tiene una gran mayoría de escaños, 56 de 84, desde las elecciones legislativas de marzo de este año.

Cómo funciona el Bitcoin en El Salvador 

A partir de ahora la criptomoneda podrá ser utilizada “en cualquier transacción y cualquier título que las personas naturales o jurídicas públicas o privadas requieran realizar”, conforme a la nueva ley. Para ello, el tipo de cambio entre el bitcoin y el dólar será establecido libremente por el mercado y los precios podrán ser expresados en bitcoins.

La ley afirma que todo agente económico deberá “aceptar bitcoin como forma de pago”, con exclusión de quienes por hecho notorio y de forma evidente no tienen “acceso a la tecnología” que permite ejecutar estas transacciones y será el Estado el que promueva la capacitación y mecanismos necesarios para que la población pueda acceder a este tipo de transacciones. Para fines contables se utilizará el dólar como moneda de referencia.

“La Ley Bitcoin es ambiciosa, pero sencilla, además está bien estructurada para que tenga riesgo 0 para quienes no quieran asumir riesgos. El gobierno garantizará la convertibilidad al valor exacto en dólares al momento de la transacción”, aseveró Bukele desde su cuenta de Twitter.

Asimismo, el funcionario aseveró que esta decisión traerá inclusión financiera, inversión, turismo, innovación y desarrollo económico. “Que nadie nos diga que somos muy pequeños para ser grandes”, afirmó.

La Ley aprobada por la mayoría calificada de la Asamble Legislativa en El Salvador, con 62 de 84 votos, entrará en vigor noventa días después de su publicación en el Diario Oficial, mientras que El Banco Central de Reserva y la superintendencia del Sistema Financiero emiten la normativa correspondiente en este mismo periodo.

¿Un error? 

Para el profesor de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN), Carlos Carcach, este movimiento “no es necesario, ni conveniente, darle carácter de moneda en curso legal a algo como el bitcoin”, aseveró a The Associated Press, asegurando que los salvadoreños ya lo usan como una moneda de pago al igual que otras alternativas.

El experto aseguró que el problema de invertir en bitcoin es que se “está sujeto a la volatilidad externa que presenta y se corre el riesgo de convertirse en alguien rico y al siguiente día ser pobre”. Algo que sin duda tendría fundamentos gracias a los cambios extremos que puede implicar un simple tweet de Elon Musk para modificar su valor.

Por su parte, el diputado Rodrigo Ávila, quien es derechista de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), aseveró que esta decisión debió haberse discutido más, escuchando a expertos economistas y en cibercrimen.

La decisión recordó a “El madrugón”, cuando el 30 de noviembre del 2000 la Asamble Legislativa, controlada en aquel entonces por el partido Arena, aprobó la Ley de Integración Monetaria, la cual dolarizó la economía de El Salvador sin ninguna discusión previa.