Difícilmente un gobierno en cualquiera de sus tres niveles, puede tener una visión clara de las cosas, la posibilidad de construir un escenario, o la capacidad de negociar un acuerdo. Sin el apoyo de este profesional que debe tener, como insumo básico el control de la información, el éxito se ve comprometido.
Pero… ¿qué pasa cuando un líder o gobernante inhibe con su autoritarismo el buen trabajo de un asesor?
Es el caso de los asesores rusos de Vladimir Putin, que de acuerdo a informes de la inteligencia británica y a la postura de la portavoz americana, Kate Bedingfield, afirman que cuentan con información de que Putin se ha sentido engañado por el ejército ruso, lo que ha llevado a una tensión entre el líder y sus jefes militares, y para ilustrar lo anterior, ya vimos cómo opera la larga mesa del cuarto de guerra de Rusia, en donde en un extremo se ubica solitario Vladimir y a más de 4 metros de distancia, su estado mayor.
Una clara evidencia del distanciamiento entre ellos.
Lo cierto es que sus principales asesores tienen demasiado miedo de decir la verdad, sabedores de que su jefe ha llegado a tomar medidas extremas con quien disiente del sistema ruso. Con la anterior afirmación, un asesor por más hábil que resulte y además que sea poseedor de buena información, queda nulificado.
Un asesor sabe que las malas noticias deben darse a tiempo y contundentemente. No todo es camino asfaltado en la operación de un gobierno, y cuando esto sucede el rumbo puede modificarse hasta alcanzar el éxito planeado.
Cuando lo anterior no sucede, pasa lo que Putin está experimentando con sus tropas en Ucrania, mismas que están desmoralizadas, carecen de equipo y en algunas ocasiones se niegan a cumplir las órdenes.
Los informes que llegan desde el frente apuntan que el plan de guerra que había diseñado Vladimir Putin contra Ucrania no le ha resultado, y ahora se ve doblemente amenazado por todas las sanciones económicas que Occidente está operando en su contra como represalias por la invasión que ya rebasó el mes de hostilidades.
Tenemos otro caso en donde la asesoría política no fue acertada y sucedió bajo la presidencia de George Bush Jr., cuando su vicepresidente Dick Cheney le compartió información no concluyente de que Irak tenía armas de destrucción masiva y debía enviar tropas para detener esta amenaza. El resto de la historia ustedes la conocen.
Un caso más sobre una mala decisión sin el respaldo de un asesor fue el caso de la compañía aérea Boeing, que desoyendo el consejo de sus técnicos diseñó el avión 737 MAX con un error en su sistema de software, conocido por sus siglas MCAS, que provocó la caída de dos de estos aviones.
Por el bien del orbe, esperemos que los asesores en el caso de Ucrania y Rusia operen con mayor solidez y que se conviertan en los factores de éxito en las negociaciones de paz que se llevan a cabo en Estambul, de las que se sabe hasta ahora, han sido solo palabras sin detalles claros aún.
Nos encontraremos más adelante.