La fabricante de automóviles eléctricos de origen chino, Nio, literalmente “espantó” a los inversores con una advertencia: la demanda de nuestros vehículos no estuvo a la altura de nuestras expectativas.
La sinceridad de la empresa que está considerada como la respuesta a Tesla desde China, hizo que sus acciones se desplomaran un 18% en las operaciones posteriores.
Además, para sumar complicaciones, dijo que había desechado los planes previos para construir una fábrica en China.
Antes del alarmante informe de ganancias, las acciones de Nio habían ganado más del 50% luego de su OPI, en septiembre pasado. Los inversores apostaban a que sus llamativos SUV ganarían muchos clientes en el mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo. Pero parece que eso no pasó.
La compañía anunció este martes que las ventas de su SUV eléctrico insignia, el ES8, sólo alcanzó las 1.600 unidades en los primeros dos meses de 2019, lo que dijo que representaba “una desaceleración mayor a la anticipada”.
Culpó de la caída a la incertidumbre sobre los subsidios gubernamentales para los vehículos eléctricos, la desaceleración de la economía y las complicaciones entre los Estados Unidos y China en sus intercambios comerciales.
Preocupa a todos
La realidad del mercado de consumo en China preocupa no sólo a las automotrices locales, sino muy espcialmente a las internacionales.
La lógica que impera en el mercado es simple: si China se cae, nos caemos todos. Es que que gran parte de las ventas de muchas de las marcas más importantes están apalancadas en el gigante asiático.
Desde hace algo más de una décda, a medida que la clase media china comenzó a “despertar”, millones de consumidores tuvieron el dinero para invertir en automóviles.
Sólo para tener una dimensión de lo sucedido: para General Motors y para la alemana Volkswagen, China genera más ingresos que los mercados de Estados Unidos o de Europa.
Uno de los problemas que tiene algunas de las marcas es el consumo de gasolina. Compañías como Jaguar Land Rover y GM fabrican y venden mayoritariamente SUV, autos grandes con alto consumo de combustible, lo que hace que sus vehículos sean menos atractivos a partir de un reciente aumento en los precios.
Esto debería redirigir las compras a los vehículos eléctricos, pero eso, por ahora (y por el alto precios de los autos), no ha pasado.