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Roma tiene 10 nominaciones en la ceremonia de esta noche.
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Sergio Díaz es el artista que dotó de sonido a los recuerdos de Alfonso Cuarón.
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Una precisión y entendimiento que requirió más de 1,500 canales de sonido.
Sin duda alguna Roma se ha convertido en un parteaguas en la industria cinematográfica en México y probablemente mundial, no sólo por el hecho de ser una producción realizada para Netflix que está nominada a los Oscar, sino por el impacto mediático y digital que ha alcanzado pese a no ser una película de habla inglesa.
Sin duda un gran trabajo de RP y marketing que ha ayudado a catapultar el trabajo artístico presente en la película de Alfonso Cuarón, un proyecto muy personal que requirió de un gran talento para lograr esa textura, ese sonido, ese sentimiento.
Quienes han visto Roma estarán de acuerdo en que el sonido es muy especial, clave para que la cinta tenga tal impacto en el espectador.
Sergio Díaz, nominado al Oscar a mejor Edición de Sonido por Roma, es el autor del sonido de la cinta, y aunque detrás de él hay una trayectoria de más de tres décadas en el cine, tuvo frente a él un enorme reto.
Tuvimos una charla con el artista que sonorizó los recuerdos de Alfonso Cuarón y quien nos platica cómo fue que llegó al cine.
“Trabajé durante 13 años detrás de las tornamesas y después quería crecer con mi familia y mis hijos, que tuviera un papá normal que no tuviera que trabajar de noche.
Entonces, un gran amigo, Joaquín Díaz, que en ese entonces era dueño y socio de la cadena Z, junto a Alejandro González Iñárritu y a Martín Hernández, me invitó, me dijo ‘vente para México y pues pruebas, igual te gusta y veamos’. Ese fue mi llegada a la industria, primero de publicidad y después en el cine”, comenta Sergio.
Pero, pese a que el ingeniero de sonido tiene más de tres décadas en la industria cinematográfica y ha colaborado con figuras como Luis Mandoki, Amat Escalante, Guillermo del Toro, Alejandro G. Iñárritu y Mel Gibson, hasta Roma, no había tenido la oportunidad de trabajar a este nivel con Alfonso Cuarón más allá de cuando el cineasta tuvo un rol de productor en Desierto (2015), cinta de Jonás Cuarón, protagonizada por Gael García Bernal.
Pero, y aunque él no lo sabía, ya había sido elegido para Roma mucho tiempo antes de que iniciaran la filmación:
“He participado en muchos proyectos, uno de ellos fue de Jonás Cuarón, que se llamó Año en Cuña, de hace más de diez años y después en Desierto, cinta que la que Alfonso fue el productor. Y, bueno, trabajamos mucho tiempo en esa película. Ahí fue donde Alfonso conoció mi trabajo muy de cerca.
Años después, se acerca a mi Nicolás Celis, en marzo de 2016, estábamos en una ceremonia, creo de los Arieles y me susurra al odio y me dice: ‘estás en un gran proyecto, pero tú todavía no lo sabes’, no me podía decir nada en ese momento”, comparte.
Llegar a una película de las características de Roma que, como ya mencionamos tiene características muy particulares, una de ellas es el sonido, gracias a ello adquiere mayor significación cada acción que sucede en la historia.
Sin duda, un gran reto que tuvo que resolver Sergio.
“El reto fue tener todo, todo por separado. Eso fue uno de los objetivos de hacer el sonido para esta película. Desde un inicio Alfonso me lo dijo muy claro ‘esta película va a ser mezclada con la más alta tecnología, en Dolby Atmos’.
Entonces esta fue mi primer película con esta tecnología con la que tienes una experiencia en el cine que es 360 grados, y para conseguir todo eso teníamos que tener todos los sonidos por separado; tienes más de 164 canales a escoger para elegir en qué dirección quieres que vaya ese sonido.
Recreando eso, fue el mayor reto. Teníamos una cantidad de tracks de sonido; todos los incidentales, ambientes, atmósferas y las músicas que se escuchaban dentro de la película, porque no es una película que lleva una composición particular, sino que fue una selección con la precisión de Alfonso. En realidad fueron más de 1,500 canales de sonido para la mezcla fina, llegar a esa selección nos tomó mucho tiempo, incluso en el momento de la mezcla se iban incorporando más sonidos porque (Alfonso) iba recordando cosas, era de una precisión bárbara, es uno de los proyectos más grandes de mi vida”, nos platicó Sergio.
Una época tal vez desconocida, y hasta cierto punto muy distante a nuestro contexto actual, un reto muy complicado que se tuvo que resolver de muchas maneras. Sin embargo, el verdadero acertijo fue entender las memorias de Alfonso Cuarón, hacerlas oír, oler y sentir como en sus recuerdos.
“El principal reto fue entrar a la memoria de Alfonso Cuarón, entender lo que él quería. Entonces, cuando supe del proyecto hice mi propia investigación; lo único que sabía es que iba a ser de 1970 y 1971, en un periodo muy específico de su vida. Bueno, me di a la tarea de investigar los sonidos, qué pasaba en esa época y, lo que se me ocurrió fue tener la mayor cantidad de posibilidades para explorar con Alfonso.
Por ejemplo, si él quería el sonido de ciertos aviones o el sonido del afilador, de los camotes, cosas muy particulares de nuestra ciudad, yo tenía que tener varias opciones a Alfonso.
Aquí hay una nota muy puntual, por ejemplo hay sonidos que todos sabemos que es un código en donde escuchas un silbato fuertísimo y todos sabemos qué pasa en la ciudad, pero en esa época el carrito es más pequeño y el silbido era tan estridente, delgadito y agudo, a diferencia de la actualidad.
Entonces tuvimos que hacer trucos para hacerlo sonar como él lo tenía en su memoria, por poner un ejemplo de tantos, como los sonidos de su casa, para poder recrear todos esos sonidos, y aunado a las atmósferas porque había muchas aves, menos ruidos industriales y los sonidos de los autos era muy distinto. Fue verdaderamente monumental la investigación y el tiempo que se invirtió a hacer todas esas grabaciones que fueron 18 meses para preparar todos los socios y edición de la película”, explicó.
Roma no sólo representa resolver un gran acertijo y hacer que el público lo escuche, huela y sienta como en las memorias de Cuarón, también representa un logro en la trayectoria de Sergio Días que, sin duda, deberá abrirle camino.