A pesar de que las alertas de seguridad que suele emitir Estados Unidos sí afectan a la industria turística en México, nuestro país es el sexto más visitado por turistas, de acuerdo con declaraciones del presidente Enrique Peña Nieto al inaugurar la 43 edición del Tianguis Turístico.
El mes pasado, el Secretario de Turismo, Enrique de la Madrid lamentaba que sí existe una repercusión en las alertas de seguridad que emite nuestro vecino del norte, pues de marzo de 2017 a marzo de este año, los turistas que llegaron vía aérea a Cancún gastaron 10% menos, además alertó como mala señal que los hoteles podrían estar bajando sus tarifas para mantener su clientela.
En todo caso, México sigue siendo una potencia en materia turística, el año pasado, por ejemplo, registramos una cifra récord de 39.3 millones de turistas, lo que trajo ingresos por 21,300 millones de dólares.
Sin embargo, esto no significa que los hoteles estén siendo beneficiados con estas multimillonarias cifras a los niveles de otros años, pues la economía colaborativa también llegó para dar una buena sacudida a la industria del hospedaje y el impacto es real y medible.
De acuerdo a Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, la economía colaborativa representa entre el 30 y 40% de la hotelera del país.
Y es que, en México, Airbnb ofrece en renta más de 62,000 inmuebles en varias ciudades, de acuerdo con cifras de la propia plataforma, se trata del mayor reto de la industria del hospedaje en México y el mundo.
Pero ¿qué está haciendo la industria hotelera en México para contrarrestar el impacto de esta plataforma que, paradójicamente no es dueña de una sola propiedad en alquiler?
De la misma manera que el gremio de taxistas ha estado en desacuerdo por la llegada al mercado de UBER, la industria de hoteles ha actuado como el resto de las industrias que se ven amenazadas por los nuevos jugadores basados en la economía colaborativa: quejarse de que representan una competencia desleal, exigir que se le apliquen impuestos similares a los que ellos pagan y desacreditar con noticias que presumen que las habitaciones que se contratan vía app son inseguras.
Más allá de eso, no se ha reportado una intención de los paradigmas que desde siempre han acompañado a los hoteles en México. Como sugirió el Secretario de Turismo, los hoteles quizá están bajando los precios para no perder clientela, pero ¿en realidad están implementando cambios sustanciales en sus diseños, promociones, estrategias y estilos para atraer al público millennial que prefiere reservar habitaciones vía aplicaciones móviles?
Las acciones de los hoteleros de otros países pueden servir como modelo para los prestadores de alojamiento tradicionales en México. En Estados Unidos, por ejemplo, algunas cadenas hoteleras hacen todo por darle una experiencia más hogareña a sus huéspedes y han ampliado sus portafolios para atraer a un nuevo público que no pasa demasiado tiempo en las habitaciones que renta, sino que prefiere aprovechar y descansar en los espacios comunes.
Asimismo, algunos hoteles permiten que sus empleados se relacionen con la clientela de manera casual, de la misma forma que hacen los dueños de propiedades que ponen en renta en Airbnb, entre otros muchos ejemplos.
En general, es evidente que la industria hotelera mexicana requiere de un cambio de chip que les permita dejar de estar perdiendo clientes (o conservar sólo a los clientes tradicionalistas de mayor edad).
De la misma manera que otras industrias, que han visto la economía colaborativa como una oportunidad en lugar de una amenaza, los hoteleros mexicanos deberán renovarse y seguir construyendo la potencia turística que México representa.