- La pandemia ha transformado drásticamente el comercio minorista, generando una crisis urgente que demanda respuestas inmediatas.
- Problemas como la cadena de suministro, conflictos geopolíticos y escasez de personal han exacerbado la situación.
- Para sobrevivir, las tiendas deben evolucionar hacia experiencias más inmersivas y centrarse en métodos innovadores, reconociendo la nueva realidad del retail.
La reciente adopción masiva del comercio electrónico, impulsada por la pandemia, impactó en la cara del sector minorista, generando una crisis que demanda una respuesta inmediata.
Problemas en la cadena de suministro, conflictos geopolíticos, escasez de personal y un aumento en el hurto en tiendas han exacerbado la situación.
Mirar el mercado del Reino Unido simplifica el análisis, al menos respecto de los principales países del mundo desarrollado.
Según The Drum, a pesar de que el 76% de los consumidores aún prefiere comprar en tiendas físicas, el 41% considera que estas son ahora “menos agradables”.
Las largas filas, la falta de atención al cliente y la percepción de descuido en la presentación de productos contribuyen a esta percepción negativa.
Cambios y nuevos enfoques en el sector del retail
Es fundamental que el sector minorista revise su enfoque y aborde la necesidad de cambiar la mentalidad sobre el propósito de las tiendas físicas.
Tradicionalmente vistas como lugares transaccionales, las tiendas deben transformarse en plataformas de descubrimiento personal, dicen en The Drum.
Este cambio se aleja de la simple transacción de bienes hacia una experiencia más importante y fuerte para los consumidores.
La industria minorista debe desafiar su creencia tradicional y reconocer que la compra es un acto transformador.
La evolución del comercio minorista físico debe dirigirse hacia el cumplimiento de deseos y la creación de experiencias inmersivas que rivalicen con los competidores en línea, como Pinterest e Instagram.
Es simple: para que la gente vuelva a las tiendas en un momento en el que vale la pena –literalmente– quedarse en casa, es necesario impulsar el deseo, y eso requiere nuevas formas disruptivas de hacer las cosas.
Aunque los referentes de marketing no quieran oírlo, una cafetería o un restaurante dentro de las tiendas no serán suficientes. Desde el buque insignia de Burberry en Shenzhen administrado por WeChat hasta el espacio de usos múltiples de Off-White en el Design District de Miami, el bar de Glossier en Nueva York y el XR Weatherdome de Nike, el futuro del comercio minorista es algo más inmersivo, más memorable y más prioritario para las marcas.
Experiencias inmersivas
La aceptación radical de esta nueva realidad es crucial para el cambio. Las tiendas físicas deben entenderse como un punto de contacto único en una experiencia de marca integral, reconociendo que los consumidores no siempre realizarán compras en estos espacios.
El enfoque debe centrarse en métodos innovadores, tiendas nómadas, trazabilidad de blockchain y eventos comunitarios.
En última instancia, este tiempo complicado para el retail no debe ser visto como un obstáculo insuperable, sino como una oportunidad de crecimiento.
La introspección, la reevaluación y la reimaginación, dicen en The Drum, son esenciales para el renacimiento del retail físico en un entorno comercial en constante evolución.
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