Siempre he respaldado la frase que en política es una tesis contundente: “la forma es fondo”, pues indica el camino para que los gobernantes y sus iniciativas, se operen de manera aseada, coherente y bajo el respaldo de una clara narrativa.
Uno de los pensadores mexicanos que incursionó con acierto en el ámbito político, Don Jesús Reyes Heroles, fue el creador de la frase anterior, misma que sirve de advertencia o de guía para todo aquel funcionario público que intente realizar una acción sobre todo de alto impacto.
El caso de Daniel Noboa, el presidente ecuatoriano, es una defensa difícil para todo consultor y asesor político pues incumple con la frase de Don Jesús al enviar a su policía a detener a un exfuncionario, -dice Noboa, -impresentable, (Jorge Glas) que no hubiera resultado un problema al no darse dentro de una embajada y más en calidad de asilado. He aquí la mala decisión.
Glas, vicepresidente de Ecuador del 2013 al 2017, fue condenado por corrupción, pero había salido libre dado que un juez aceptó un recurso de habeas corpus que sus abogados promovieron, sin embargo, las
investigaciones continuaron y ante esto no le quedó de otra que refugiarse dentro de la embajada mexicana.
Luego del asalto, el Gobierno de México ordenó la suspensión de las relaciones diplomáticas considerando que se trata de una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de nuestro país, por lo que condenó a Ecuador como país autoritario, contando con el apoyo de la comunidad internacional y de la propia Organización de los Estados Americanos y la CELAC.
¿Qué hubiera hecho mejor el presidente Noboa ante esta situación?
En primer lugar, acudir a tribunales internacionales para pedir que le entregaran al exfuncionario resaltando que es un funcionario señalado y bajo proceso judicial. Agotar el diálogo.
Después promover ante la coalición de países incorporados a la CELAC, Comunidad de Estados y caribeños, el apoyo para que se privilegie el estado de derecho ante las narrativas de apoyo de la izquierda
latinoamericana misma que se encuentra activa ahora atacando el proceder del presidente.
La CELAC, reafirma que debe preservarse la democracia y sus valores, así como la vigencia de las instituciones y el estado de derecho. Es un mecanismo de concertación política y cooperación para los estados latinoamericanos.
El cabildeo directo con el estado mexicano debió ser un punto en la agenda de este caso y así evitar el rompimiento de las relaciones diplomáticas que se tiene ahora. Una vez agotado el diálogo se pueden considerar otras estrategias que no le resten reputación a la entidad promovente en este caso la del Ecuador.
México, a lo largo de los últimos años, ha declarado que se atiene a la Doctrina Estrada misma que se muestra en contra del intervencionismo y al reconocimiento de un gobierno siempre y cuando sea legítimo. Aquí lo importante a destacar es que se debe aplicar siempre de la misma manera (con todos los países con los que se tiene relación) y que la doctrina no opere solo con los gobiernos amigos.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López.