Antes de la contingencia lo digital era cotidiano, ahora es a huevo.
Antes podíamos elegir tomar clases digitales o presenciales; podíamos decidir no tener una página web y ni se diga de las tiendas en línea. Ahora no existe otra opción. Todos hemos tenido que volcarnos a digital de un día para otro, desde las tiendas de la esquina que toman los pedidos en WhatsApp, los profesores que se siguen adaptando a enseñar a distancia, negocios que han cerrado físicamente para abrir tiendas en línea y marcas que han tenido que frenar campañas enteras para adaptar los mensajes a medios exclusivamente digitales.
Héctor Chávez y yo, amigo y creativo publicitario platicábamos sobre la urgente adaptación social y comercial. Sabemos que adaptarnos o adaptar negocios a un ambiente digital en tan poco tiempo implica redoblar esfuerzos, no es sencillo, no es rápido, no es barato y menos si no cuentas con la experiencia.
Aquí las marcas pequeñas son las que llevan las de perder, las que no tiene un equipo de expertos detrás de ellas para orientarlos en este cambio y las que no habían hecho ningún esfuerzo previo para entrar a digital.
Si a nosotros nos costó entender cómo subir nuestro primer video a TikTok, imagina dar clase a 20 alumnos al mismo tiempo o montar una tienda en línea desde cero cuando no tomabas pedidos ni por teléfono.
Sin embargo he escuchado comentarios que menosprecian estos esfuerzos, porque estábamos acostumbrados a que lo digital fuera con descuentos, más barato e incluso gratis. Y en publicidad no cambia el cuento, la mayoría de empresas sigue pensando que la comunicación digital es más barata, pero esta nueva normalidad ayudará a darle el valor que se merece lo digital, porque aprenderemos que sin importar el tamaño de tu negocio necesitas una página web, que una tienda en línea sí es posible y rentable sin importar lo que vendas y cuánto vendas, que invertir en redes sociales es realmente valioso, que las clases en línea sí funcionan, que invertir en comunicación digital es una buena opción y que nada de esto es barato, ni sencillo, ni rápido.