China es el motor de la economía mundial desde hace tiempo. En general, cuando China empuja, el resto de los países ven beneficios en sus niveles de actividad.
No en vano el rebote de la economía China es una de las mayores esperanzas para que Occidente también viva una recuperación luego del desastre provocado por la pandemia de covid-19.
Sin embargo, hay problemas en el horizonte: los economistas están preocupados por la recuperación de la segunda economía más grande del mundo. Era algo que daban por hecho, pero que ahora ha despertado dudas.
China vivió un fuerte repunte en sus estadísticas desde finales de 2020 y hasta el primer trimestre de 2021, pero las nuevas cifras oficiales no son tan alentadoras.
Si bien el producto interno bruto del gigante asiático creció 7,8 por ciento en el segundo trimestre de este año en comparación con el mismo lapso del año pasado, el nivel es menor al esperado.
Los pronósticos de los economistas esperaban un aumento bastante superior al 8 por ciento y por eso ahora miran con atención lo que pasa en Beijing.
El PIB, para aquellos que no lo sepan, es la forma más estandarizada a nivel mundial para saber si una economía está bien o mal. Se conforma con un conjunto de indicadores que reúnen la actividad de compañías privadas, gobiernos y personas de cada una de las economías mundiales.
Los últimos datos oficiales del país de Xi Jinping dicen que si bien en junio hubo un interesante crecimiento en las ventas minoristas y en las producciones industriales, “el virus sigue mutando a nivel mundial y creció la inestabilidad y la incertidumbre externa”, dice el comunicado del organismo de estadísticas del gobierno chino.
Qué pasa en China
Esta demora en la recuperación de la economía china tiene varias explicaciones. Una se relaciona con el precio récord de las materias primas, como el hierro y el cobre, que han generado inflación en las fábricas del gigante de Asia hasta niveles impensados hace uno o dos años.
Esto encarece la producción de productos en China y, en consecuencia, en los precios de los productos que importa el resto de los países.
Otro problema es la interrupción en las cadenas de suministro debido a que las compañías de transporte están retrasadas en los pedidos acumulados por meses durante la pandemia. Esto también está generando subas en los costos y provocando “nudos” en la fabricación de productos clave.
El crecimiento del segundo trimestre está muy lejos del 18,3 por ciento que subió el PIB en el primer trimestre de 2021. Hay que tener en cuenta que, aunque fue el mayor salto en el PIB en la historia de China, mucho tuvo que ver que justo en ese mismo trimestre, en 2020. golpeaba con fuerza la pandemia en el gigante asiático. En ese lapso, la economía china cayó 6,2 por ciento.
Más allá de esto, aquella expansión entre enero y marzo también estuvo por debajo de lo que esperaban los analistas.