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Por un pescado que podría costar menos de 100 pesos, algunos consumidores llegan a poner más de 200
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La investigación fue realizada por el mismo instituto que realizó el reportaje Gato x Liebre
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Asimismo, como parte de la solución, se propone establecer un sistema de traceabilidad para darle tranquilidad al público
La confianza es un valor muy importante entre las empresas y el público en general. Implica que las empresas son sinceras con respecto a posibles desabastos y el valor de sus bienes. También significa que pueden usar tecnologías innovadoras de una forma responsable. Por supuesto, suele también trasladarse en una mayor lealtad de parte de los consumidores. Sin embargo, hay una infinidad de casos donde las marcas y negocios engañan a sus clientes.
Mucho se ha escrito de las consecuencias negativas que tiene la publicidad engañosa y las brechas de confianza en los negocios. De acuerdo con Chron, el público está listo para tomar cartas en e asunto y “vengarse” de las compañías que se aprovecharon de ellos. En datos de Research Leap, también puede generar ruido de boca en boca que afecte su negocio. Otros estudios apuntan que además puede afectar en el largo plazo a la lealtad de los consumidores.
Sin embargo, muchas empresas todavía insisten en engañar, de una forma u otra, al público. Las razones, aunque reprochables e imperdonables, son entendibles. Algunas marcas quieren sacar el mayor provecho posible de los consumidores. Otros pretenden reducir costos en su proceso de manufactura u otras partes de su cadena de suministro. Sea como sea, este tipo de mentiras siempre se descubren, tarde o temprano. Y con graves efectos para las marcas.
Cobran al público hasta 42 por ciento extra por pescado y camarones
Una nueva investigación de Oceana México apunta que hay una práctica de engaño muy común en el país contra los consumidores. Se trata del glaseado en productos como pescado y camarones. Esta técnica es frecuentemente usada como una forma de conservar la frescura de esta categoría de alimentos. Sin embargo, muchos supermercados también consideran el peso de esta capa de hielo para calcular el peso total de la carne que se le vende al público.
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La investigación, reportada por Excélsior y Animal Político, apunta que, en promedio, el 30 por ciento del peso del pescado puede ser puro hielo. En algunos casos, la mitad del peso de la carne corresponde a este glaseado. Así, las personas podrían estar pagando entre 42 y 100 por ciento más dinero por productos como peces y camarones. De 82 muestras tomadas de 10 supermercados de la Ciudad de México, 98 por ciento utilizaban esta técnica de engaño.
El impacto a los consumidores
No es la primera vez que una compañía no es completamente sincera con el público. Durante 2019, múltiples marcas y empresas fueron sancionadas por la Profeco a raíz de algunas de sus iniciativas poco sinceras. Organizaciones de la talla de Disney han sido señaladas por llevar a cabo proyectos de publicidad en donde se le ocultaba cierta información clave a la gente. Los festejos como el Buen Fin son también la ocasión perfecta que aprovechan algunos agentes.
Todos estos incidentes resultan particularmente dañinos para el público. Son, en esencia, una forma en la que ciertas marcas y negocios se aprovechan de la inocencia de la gente para que puedan sacar mayores ingresos en una misma transacción. Lo anterior no solo representa una falta de ética profesional de parte de las compañías que realizan estas acciones. Además son parte de un problema de confianza más grande a todo lo ancho de la industria nacional.
En este sentido, es importante que los consumidores cuestionen y estén al pendiente de los posibles engaños de los que pueden ser víctimas. Y más importante aún, deben exigir a los negocios un trato adecuado a los estándares de servicio. El público no debería de soportar este tipo de prácticas. Al contrario, debería ser capaz de mostrarse firme ante las empresas y pedir un trato (y una valoración de sus productos) adecuada a lo que se va a pagar en el final.