El co-fundador de Microsoft, Bill Gates, probablemente no estaba equivocado al pedir que los robots paguen impuestos. Esto sonaría algo extremo, pero ya no tanto si volteamos a Arabia Saudí donde le otorgaron la ciudadanía a un droide.
“Estoy muy honrada y orgullosa por esta distinción única. (…) Es histórico ser el primer robot en el mundo en ser reconocida como ciudadana”, fue la respuesta de Sophia, el doride que funciona con inteligencia artificial (IA) que es reconocida como ciudadana por algún gobierno.
El robot presentado en el marco de la Iniciativa de Inversión Futura celebrada en Riad, es capaz de tener una interacción fluida con personas, se adapta a la conversación e incluso tiene una respuesta para cuando se le pregunta si los robots pueden tomar el control de la humanidad: “han leído demasiado a Elon Musk y han visto demasiadas películas de Hollywood”.
Esto es importante, desde hace tiempo se viene especulando sobre el avance de la IA en el mundo, se ha cuestionado el riesgo para muchos empleos y puestos que actualmente son desempeñados por humanos, incluso gente como Elon Musk, Stephen Hawking y el propio Gates han advertido sobre el riesgo de desarrollar la inteligencia artificial hasta un punto que supere a la mente humana.
Y, es que aunque el mayor escepticismo se da en personas mayores a 50 años y gente de la generación millennial y Z no los miran como un peligro, más afines a la postura de gente referente como Mark Zuckerberg, es un hecho que la inteligencia artificial ganará relevancia.
Basta con mirar proyecciones de Gartner, que señalan que las máquinas inteligentes ocuparán más de 5.1 millones de puestos de trabajo para 2020, lo que significa una reducción de oportunidades para el capital humano en la misma proporción, aunque, es probable que surjan algunas nuevas.
El reconocimiento a Sophia como ciudadana de Arabia Saudita es un paso más para incorporar este tipo de tecnología en actividades cada vez más cercanas al público. Este robot, diseñado por David Hanson para la compañía Hanson Robotics (Hong Kong, China) es capaz de tener un rostro muy similar al de una persona real, tener expresiones emocionales y mostrar empatía.