El presidente de la automotriz Audi, Rupert Stadler, fue detenido este lunes por las sospechas de fraude en relación con el #dieselgate de su casa matriz, Volkswagen, el famoso caso de los autos con los motores trucados.
Según la Fiscalía alemana que ordenó la detención, el arresto se basa en “encubrimiento de pruebas”. La vivienda de Stadler había sido allanada la semana pasada.
Tanto Stadler como otro miembro del directorio de Audi están acusados desde mayo por “fraude”, siempre en el mismo caso, que también involucra a unos 60.000 autos marca Audi modelos A6 y A7 en los que se descubriera la presencia de un dispositivo ilícito capaz de falsificar los niveles de emisiones de gases contaminantes.
Esos vehículos fueron retirados de circulación por la agencia federal del automóvil de Alemania, KBA.
Junto con el allanamiento de los domicilios de los CEO de Audi, las autoridades ingresaron a sus lugares de trabajo, incluida la sede principal del fabricante en Ingoldstadt.
“Varias fiscalías alemanas abrieron investigaciones por fraude, manipulación de cotización en bolsa o publicidad engañosa contra trabajadores de Volkswagen y sus marcas Audi y Porsche, así como de Daimler y de la marca de electrodomésticos Bosch”, publicó El Espectador.
Según El Mundo Motor, en febrero de 2017 un ex ingeniero de Audi, Ulrich Weiss, “presentó en un tribunal de Stuttgart una serie de documentos que probarían que Stadler sabía de la instalación de software de emisiones desde, por lo menos, 2012”. Esto se conoció luego de que Weiss fuera despedido.
Según Stadler, recién se enteró de la manipulación “cuando estalló el escándalo”.
Rupert Stadler, CEO mundial de Audi, fue arrastrado hoy en Alemania por nuevas investigaciones relacionadas con el #Dieselgate pic.twitter.com/axOCHzSElL
— Mauro Osorio (@mausorio) 18 de junio de 2018
Todos bajo sospecha
Además de Stadler, el ex director ejecutivo de Volkswagen Martin Winterkorn y su sucesor, Martin Mueller, son objeto de investigaciones. Lo mismo que el actual jefe del consejo de vigilancia del grupo, Dieter Poetsch y el presidente de Volkswagen, Herbert Diess.
Hay que recordar que el escándalo del #dieselgate estalló en septiembre de 2015, hace ya casi tres años. Fue cuando la agencia estadounidense de medioambiente acusó a Volkswagen de haber equipado 11 millones de sus vehículos diésel, unos 600.000 de ellos en Estados Unidos, con un dispositivo capaz de falsificar el resultado de las pruebas anticontaminación.
El aparato disimulaba emisiones en el momento de los controles con registros 40 veces más bajos que los reales.