Hace algunos meses publiqué una columna sobre este tema, que recientemente ha tenido novedades legislativas por lo que me permito retomarlo. Se conoce como “porno de la venganza” a la publicación en internet de fotos y videos de carácter sexual de una pareja o expareja. Este material normalmente va acompañado de datos de identificación (nombre y lugar de trabajo), de contacto (email y teléfono) y perfiles de redes sociales (cuentas de Facebook y Twitter) de la persona que aparece a cuadro.
Los objetivos del “porno de la venganza” pueden ser varios: (a) causarle un daño a la imagen, a la vida privada o a la reputación de una ex pareja sentimental; (b) lucrar con las imágenes o videos cuando la persona es famosa (venderlas a terceros para su divulgación); o (c) extorsionar a la víctima para obtener beneficios sexuales o económicos, a cambio de evitar la difusión de los materiales. Como puede sospecharse, la mayoría de las víctimas en esta clase de acciones son mujeres, quienes al denunciar estos hechos suelen encontrar toda clase de cuestionamientos como “¿pues que usted no consintió que se le tomaran esas fotos y videos? ¡En los mismos no parece que la hayan obligado!” o “usted se tomó esas fotos (selfies), ¿por qué se está quejando ahora?”.
Por si lo anterior fuera poco, es posible que la ex pareja suba las fotos, videos y datos de contacto pare crear un “perfil de usuario” en sitios web que facilitan encuentros sexuales casuales. Estos materiales son vistos por extraños como invitaciones a tener sexo, por lo que las víctimas llegan a recibir cientos de llamadas y correos por día de “acosadores” que vieron sus datos en la red.
Cada vez son más las voces que piden regular y castigar el “porno de la venganza”. En Estados Unidos, California, Nueva Jersey, Utah, Wisconsin, Virginia y Arizona ya cuentan con legislación que prohíbe expresamente publicar imágenes eróticas con el objeto de perjudicar a una persona.
Lo interesante es que en Europa también está buscándose regular este fenómeno cibernético que perjudica cada vez a más personas, especialmente a mujeres.
Recientemente un tribunal alemán dictó una sentencia que establece que en el caso de que una relación sentimental llegue a su fin, los documentos íntimos (como fotos y videos) deben ser borrados si una de las partes implicadas lo solicita, aún y cuando dichas imágenes hayan sido tomadas con consentimiento de la persona. En un caso similar en España, una instancia judicial determinó que los derechos de la mujer prevalecen sobre los derechos de autor del fotógrafo, por lo que si la pareja lo exige, es obligatorio eliminar sus fotografías.
Todo parece indicar que se está creando una especie de “derecho de cancelación” (parte de los “Derechos ARCO”) o “derecho al olvido” entre las exparejas, pues cuando una de ellas lo solicite, la otra debe cumplir con su obligación de eliminar todo material considerado como íntimo o erótico.
Pese a que México no cuenta con una legislación específica para lidiar con estos temas, podrían en parte hacer frente a este fenómeno: la “Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la Vida Privada, el Honor y la Propia Imagen en el Distrito Federal”, la “Ley Federal del Derecho de Autor” e inclusive la “Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares”.
Sin embargo, hay dos recomendaciones muy eficaces para evitar sufrir con “el porno de la venganza”:
- NO PERMITAS JAMÁS SER GRABADO NI FOTOGRAFIADO POR TU PAREJA DURANTE ACTOS SEXUALES. Si tu pareja insiste en el tema y tú te niegas firmemente, es probable intente grabarte de manera oculta. Recuerda que hay diversos dispositivos con cámaras ocultas de muy bajo costo en el mercado.
- NO ENVÍES NI TE TOMES “SELFIES ERÓTICOS”. La mayoría de los smartphones cuentan con programas o aplicaciones que automáticamente suben todas tus fotos a la nube, por lo que el riesgo de divulgación o filtrado es latente. También recuerda que si pierdes o te roban el teléfono, el mismo se irá con todas tus “fotos/videos íntimos”.
Ahora que si les gana la pasión y el sentido común no es su mejor aliado, cuando menos tomen la precaución de NO ser identificados en los videos o fotos en donde aparezcan (cubran su rostro o tatuajes que los hagan identificables).