El uso de las redes sociales transformó la forma como las organizaciones se comunican. Hoy las personas cuentan con una potente herramienta que amplifica la experiencia que han tenido con un producto, servicio o cualquier vivencia.
La responsabilidad social dentro de la industria es un compromiso que se extiende a todos los actores de la misma: los creadores de contenido, las marcas, el usuario y las empresas expertas en marketing de influencia.
Cuando un influenciador publica contenido en redes sociales tiene la increíble posibilidad de mostrar su creatividad, el conocimiento sobre el tema del cual comunica, incluso su personalidad y estilo, a una audiencia que se puede ver multiplicada exponencialmente; pero además, tiene una inmensa responsabilidad con la información que genera.
La audiencia, sin importar el tamaño, el lugar donde se encuentre o el perfil que tenga, debe recibir mensajes honestos. Las redes sociales se han convertido en un medio de comunicación masivo y con una alta capacidad de impacto, todos los que participen y se beneficien de ello, necesitan apelar a ciertos cuidados y medir el impacto que tendrá su desempeño.
Marketing de Influencia una industria responsable
La responsabilidad en el Marketing de Influencia se compone de tres partes: el influenciador cuando genera el contenido y lo comunica en sus audiencias; las marcas, que con los productos y los servicios que anuncian deben prometer beneficios reales y evitar ofrecer publicidad engañosa; los medios de comunicación oficiales, comunicando información de valor sobre noticias o novedades de todo tipo; y finalmente está la de los intermediarios que ayudan a consolidar una industria cada vez más poderosa.
Los creadores de contenido cuando generan su información en las redes sociales deben ser conscientes que la labor que ellos realizan puede servir como factor para promover la adopción de principios y valores en sus audiencias. Su profesión los debe hacer comprender que la capacidad de influenciar y modificar el comportamiento de las personas, conlleva una responsabilidad.
Los influenciadores profesionales a los cuales una marca puede contactar para desarrollar una campaña, se han especializado en la construcción de estos contenidos. Hacer publicidad o contenido patrocinado, no representa un problema para ellos, pues sus audiencias comprenden que detrás existe una persona real que trabaja para hacer un contenido especial para esos intereses.
Un comportamiento responsable no se trata de una medida inocente o de control que limite la libertad de expresión; no nos confundamos, es un llamado a incorporar un comportamiento que evidencie la profesionalización de una industria y de utilizar estas herramientas para una interacción de información de valor, verdadera y en pro del beneficio social.
La audiencia, el mensaje y el contenido deben tener el mismo rigor. No se puede hacer bien sólo una parte, la industria del Marketing de Influencia, es cada vez más fuerte y tiene un mayor alcance dentro de las marcas como una efectiva estrategia de publicidad, pero también debe comprender que esta labor exige un comportamiento que sea capaz de medir muy bien el valor de una recomendación.