Lo ocurrido durante los días previos a las elecciones intermedias del pasado 7 de Junio, donde varios artistas, futbolistas y hasta el célebre Miguel “piojo” Herrera hicieron menciones en sus redes sociales favorables o sugerentes hacia el Partido Verde no es nada nuevo, y es una práctica común del PR Digital. Sin embargo las circunstancias y el clima mediático provocaron un serio impacto negativo ante la opinión pública, pero en realidad más por la forma en que se llevó a cabo.
Repito, el PR Digital o la forma de aprovechar influenciadores o líderes de opinión para sugerir productos o servicios no es nuevo pero debe ejecutarse con inteligencia y mucho cuidado.
Los dos ejemplos que ilustro no tienen ni cuidado ni inteligencia.
Los influenciadores forman parte fundamental para estrategias de “Earned media” o medios ganados. Son aquellos seguidores que nos pueden llevar a un siguiente nivel de audiencia, quienes más probablemente compren nuestras ideas o productos. Pero, tal y como sucede en las gacetillas o “native advertising”, no podemos ser tan directos o de doble sentido, y menos en las circunstancias que lo vivimos recientemente.
Lo anterior es un reflejo de una urgencia, una falta de planeación y un análisis digital previo del producto, en este caso, del partido Verde.
En el esquema que mostraré a continuación se resumen las variables que todo estratega digital debe revisar a conciencia antes de ejecutar cualquier acción.
Se debe revisar con detalle la complejidad del producto, las acciones no digitales y todos los agentes externos que participan, pero muy importante es considerar la relación con sociedad o gobierno, el nivel de riesgo mediático y el nivel de riesgo ambiental.
No es lo mismo ejecutar una estrategia digital para una marca de tequila, una empresa de químicos o recubrimientos para cocinas. Habrá en diferentes grados una complejidad mediática.
En el caso del Partido Verde no huno un ejercicio previo de análisis, o si lo hubo se asumieron los riesgos de impactar a millones de twitteros con mensajes manipulados que aparentan hablar de la Selección Mexicana. El “piojo” no tuvo la culpa, fue contratado para esto, así como lo fue para hablar de Banamex o de cualquier otro producto.
El problema de hoy es que las audiencias digitales no se tragan cualquier cosa, y despiadadamente destrozan cualquier iniciativa que lleve una doble moral.
Y si se filtró evidencia de pagos hacia artistas y futbolistas para este fin no debemos escandalizarnos, es una práctica común, no es la mejor pero se vale hacerlo. Lo que no se vale es pensar que la audiencia no piensa, como todo lo que hemos consumido de propaganda en los últimos dos meses.