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Jorge Arturo Castillo

El objetivo: cuidar al personal de salud

Hay personal de clínicas y hospitales que han denunciado la mala situación, pero siguen trabajando.

En esta columna hemos comentado muchas veces que cuando el actual gobierno de la 4T ha declarado que recibió a un sistema de salud colgado de los alfileres, es totalmente cierto, además, con la agravante de que estaba – ¿o está? – plagado de corrupción a lo largo de la cadena.

Así que parte de los cambios que se han venido haciendo desde diciembre de 2018, desde nuestra perspectiva, iban por el camino correcto, como la reformulación de la compra consolidada y la eliminación del acuerdo de facto de las dos o tres empresas mayoristas que dominaron el mercado durante décadas, lo que ha logrado, de inicio, menores costos, y, en consecuencia, ahorros para el gobierno.

Sin embargo, ahora que han salido tantos testimonios del personal de salud que labora en el sector público acerca de las pésimas condiciones en las que están trabajando, debe llamar al gobierno a recapacitar sobre este punto y a remediarlas de inmediato.

De hecho, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) emitió un comunicado la semana pasada para retirar a sus practicantes de los hospitales públicos, dado que no existen las condiciones para que continúen prestando sus servicios. Lo mismo hizo el Instituto Politécnico Nacional (IPN) unos días después.

En este contexto, como hemos visto publicado en los últimos días, miles de médicos, enfermeras, e incluso, personal administrativo de la Secretaría de Salud (SSA), del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) decidieron dejar sus puestos de trabajo, y con ello, abandonar la batalla contra el coronavirus, a pesar de la evidente falta de personal en clínicas y hospitales.

Y es que, a pesar de las recomendaciones generales, no se envió a sus casas a las personas del área de salud pública que están en alto riesgo de contagiarse y complicarse, como nos los repite todos los días el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell; es decir, personas mayores de 65 años, o bien, quienes tienen enfermedades crónicas como obesidad, diabetes e hipertensión arterial, entre otras, además de los inmunosuprimidos.

Los numerosos testimonios que han salido a la luz ha puesto en evidencia la falta de planeación en cuanto a compra de insumos, además un muy bajo presupuesto para enfrentar la pandemia por el coronavirus, a pesar de que la SSA dice que empezó a trabajar en ello desde enero pasado.

Hay personal de clínicas y hospitales que han denunciado la mala situación, pero siguen trabajando, claro, bajo protesta y ya hasta dio un plazo al gobierno para empezar a cumplir con lo prometido, es decir, el material médico e insumos necesarios para trabajar de forma segura. Tanto la SSA como la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) nos han dicho que ya han llegado barcos de China con estos insumos y que la distribución ya empezó. Ya veremos en los siguientes días si esto es cierto.

Las bajas, tanto de médicos como de enfermeras -algunos por enfermedad o muerte incluso-, ya representan alrededor de 11% del personal de todo el sector salud. Claro que esto varía de unidad en unidad, pero la situación debería preocupar mucho al gobierno, sobre todo ahora que viene la etapa tres de la epidemia en México, donde se prevé que los hospitales del sector salud se saturen (de ahí la importancia del convenio con hospitales privados, mediante el cual se consiguieron más de 3,000 camas para atender la emergencia).

Esta falta de personal se suma a los miles de puestos vacantes que el sector salud ya venía arrastrando, lo que ha motivado que el gobierno haya anunciado la contratación de personal de salud, sobre todo enfermeras y médicos especialistas -internistas, infectólogos y neumólogos- de manera temporal, durante la contingencia, para los siguientes seis meses. 

Hoy más que nunca el gobierno debe cuidar a su personal de salud, porque éste es la primera línea para combatir la actual epidemia de Covid-19. Esperemos no tener escenarios como los vistos en otras latitudes, sobre todo en Europa, porque si no, estaremos ante una situación de emergencia sin igual, donde habrá miles enfermos por coronavirus, pero sin el personal necesario que los atienda.

El botiquín

En “la telenovela de las 7”, como se llama ahora popularmente a la conferencia que ofrece todos los días la SSA en Palacio Nacional, el subsecretario de Salud se ha posicionado como un gran vocero, pero no es el único, pues tanto Ricardo Cortés Alcalá, como José Luis Alomía, se han mostrado como expertos conocedores del tema. Solo esperamos que sus dichos y previsiones se cumplan, que la situación esté bajo control, y que la epidemia por Covid-19 en México no tenga como consecuencia la inenarrable carga funesta que han tenido otros países.

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