Umberto Eco, el prestigiado escritor y semiĂłlogo, se referĂa al cuadrante ideolĂłgico en muchas ocasiones para sostener sus tesis acerca de la geopolĂtica y cuando lo hacĂa, para definir al fascismo, decĂa que Ă©ste, no tenĂa esencia, que era solo retĂłrica…-¨Una colmena de contradicciones¨-.
No existĂa en consecuencia, una declaraciĂłn de principios o posturas estentĂłreas, se centraba este pensamiento polĂtico dentro de un arco emocional, como un culto a la tradiciĂłn o hacia un populismo selectivo.
El triunfo de Giorgia Meloni en las urnas dentro de la selecciĂłn de primeros ministros, bajo las banderas de un nuevo partido llamado *Hermanos de Italia*, ubica a la flamante ministra en la banda del fascismo, lo que ha dado mucho de que hablar, pues se le liga con la historia de este tipo de movimientos recordando a un fuerte promotor del mismo como lo fue Benito Mussolini y sus camisas negras, situaciĂłn que pone a Europa en alerta.
En tan solo diez años, Meloni, ha conseguido llevar a su movimiento polĂtico de la marginalidad, de la nada polĂtica, al centro de la esfera polĂtica Italiana y directo al palacio de gobierno denominado CHIGI, que es la sede del gobierno ejecutivo, lugar desde el que deberá coexistir con el Presidente de la RepĂşblica, Sergio Mattarella, quien en breve, le pedirá que forme gobierno en su nombre.
Al igual que Lizz Truss, la recientemente nombrada primera ministra inglesa, Meloni tendrá que enfrentar serios problemas econĂłmicos apenas se siente a operar el gobierno; se suma asimismo, a la lista de mujeres que llevarán los controles de una naciĂłn lo que representa una bocanada de oxĂgeno puro en la geopolĂtica mundial pues se espera que ambas sean disruptivas en la forma de hacer polĂtica.
Poco deben importar las banderas ideolĂłgicas de Giorgia Meloni, si es que ella logra dar resultados a sus electores y a sus conciudadanos en general, respaldando asĂ el voto en la urnas de sus seguidores y de los italianos en general, que buscan un giro en las polĂticas pĂşblicas italianas. Dejemos hoy algo muy claro…cuando de triunfos electorales se trata, se gobierna para dar resultados y los tintes ideolĂłgicos no deberĂan marcar el rumbo y el bienestar de los ciudadanos.
El resurgimiento de los partidos ultraderechistas en Europa, como los de Vox en España o el de Ley y Justicia en Polonia, tienen un denominador comĂşn, que es el aumento de la inmigraciĂłn, situaciĂłn que preocupa en la sede de la UniĂłn Europea pues revisan en sus sesiones que cada vez más paĂses están limitando el acceso de miles de extranjeros.
En las Ăşltimas semanas, Giorgia ha moderado su discurso y ha dejado claro que Italia no saldrá de la UniĂłn Europea ni de la OTAN y dice apoyar a Ucrania en su lucha contra Rusia lo que tambiĂ©n ha tranquilizado al grupo de los siete paĂses más desarrollados del mundo.
Habrá que ver que piensan los partidos coaligados al de Meloni con estas posturas, pues al menos uno de ellos, un viejo conocido de la polĂtica italiana, Silvio Berlusconi ha dicho ser amigo cercano a Putin.
Un nuevo liderazgo surge en Italia, esperemos que sea para bien.
Nos encontraremos más adelante.