Hoy hay muchos lugares comunes. Demasiados. Y un lugar común, por ejemplo, es lo que les voy a decir: Esta pandemia nos cambiará las vidas para siempre. Ya nada será igual. Y a mi me gusta observar los fenómenos de comunicación porque son un reflejo de nuestra identidad como sociedad. Por lo mismo, observó que la forma en la que nos comunicamos, a partir de 2020 ya no será la misma. El formato en video #Quedateencasa llegó para quedarse. Dentro de las redes sociales como en los medios tradicionales de comunicación.
¿A qué me refiero con el formato visual #quedateencasa? A esto que vemos en todas partes. Al formato visual de contenido audiovisual en que parecen todos los protagonistas entre wipers -Cuadros y recuadros para los editores- tipo zoom que nos indican que todos están en vivo en el mismo streaming. Esto lo podemos ver en televisión nacional, en los zooms del vecino o en redes sociales. Este formato de lenguaje visual está presente en todos los canales de comunicación digital y electrónica. Será algo que llegó para quedarse. De hecho ya algunas campañas de publicidad de algunas marcas se lo están apropiando. Será la nueva selfie. Una especie de símbolo posmoderno de lo que estamos viviendo y de lo que significa que pese a las adversidades económicas, de confinamiento y sanitarias, los seres humanos siguen comunicándose. Porque lo que no se comunica, está muerto. Estoy seguro que si esta pandemia hubiese ocurrido en los setentas, pasaría lo mismo, sin la misma tecnología y avances de hoy. Los seres humanos nacimos para comunicarnos. Si no nos comunicamos moriremos.
Hago un análisis antropológico de lo que veo y veo que aun sin recursos intentamos estar en contacto. A la distancia estamos juntos. La comunicación es un salvavidas en esta pandemia. Cualquier escenario en casa es una esperanza para decir laque se quiere decir. Cómo acondicionamos todos nuestras mejores galas atrás de sus computadoras o teléfonos en cualquier reunión virtual. Este zoom me hizo mucho daño ¿Quién me vio? Quédate en casa por décima cuarta vez, ¿Cuánto nos faltará? La paranoia viaja a velocidad WhatsApp. Que solo estoy. Los oasis se volvieron internos. Las salidas son para adentro. Me siento inútil ¿Será que no podré solo? ¿Nos volveremos a ver? ¿Volveremos a trabajar juntos? Mercadotecnia demente. Esto es posmodernismo valiente. Jugamos el papel a ser cliente y observadores al mismo tiempo. Este virus que no se larga es capaz de sacar lo mejor y peor de las marcas y fabricantes. El virus al mismo tiempo es antagonista y protagonista de de esta pandemia visual. Nos encerraremos. Separados pero juntos de alguna manera. Hay desgaste emocional y desgaste ideológico ¿Se repondrá esta sociedad? ¿La sociedad sanará? Yo no lo creo. ¿Valdrá la pena seguir observando a esta sociedad? Si las señales ya las tenemos a la vista. Es una guerra biológica, civil o ideológica. Es un estado de depresión profunda en que vive el mundo. El contexto está inmundo. Hemos sido condenados a vivir separados ¿Es posible imaginar un futuro mejor? Hay que lograrlo. El instinto es inmune. Vigila tu despensa. Sin ti no voy a poder, sin nosotros no vamos poder. Sin estos cuadros y neologismos posmodernos que parecen en video en toda nuestra alimentación de contenido. Es nuestro asunto y estos cuadros que vemos serán nuestra última esperanza. Nos volveremos a abrazar y ese abrazo será más fuerte.