La Organización Mundial del Turismo estima en 195.000 millones de dólares las pérdidas entre enero y abril del turismo a nivel mundial. El mismo organismo anunció que entre enero y abril de 2020, las llegadas de turistas internacionales en todo el mundo disminuyeron en un 44 por ciento.

Zurab Pololikashvili, secretario general de la OMT, ha afirmado que “es vital que el reinicio del turismo sea una prioridad y se gestione de manera responsable, protegiendo a los más vulnerables y con la salud y la seguridad como la principal preocupación del sector”.

Vacacionar es un término que, por el momento, está quedando aparcado en la mente de los turistas. O por lo menos en una cantidad considerable de ellos. A causa de la pandemia de coronavirus, los destinos turísticos han sufrido una pérdida financiera importante, quizás la más grave de toda su historia. Con la cancelación de vuelos, el cierre de playas y los millones de contagios alrededor del mundo, la industria del turismo está viviendo horas amargas.

Los destinos nunca dejaron de estar en contacto con el consumidor: las campañas promoviendo la sana distancia fueron (o son) una constante. Al igual que los mensajes donde se promueve el destino y sus encantos para que el turista regrese una vez que la pandemia logre estar controlada, el problema es que no se sabe a ciencia cierta cuándo será.

Ello ha provocado que los turistas opten por resguardarse en casa para proteger su salud y otro factor indispensable: su bolsillo. Esto fue el nacimiento de un nuevo enemigo para la industria del turismo: el staycation. La tendencia a quedarse en casa para vacacionar desde el sillón de la sala, la comodidad de la habitación o en el jardín soleado de la casa. Todo desde la seguridad del hogar para no mezclarse con desconocidos.

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En los Estados Unidos se ha visto un incremento en la venta de todo tipo de artículos para usarse en los exteriores de los jardines: parrillas para hacer carne, albercas inflables, juegos de jardín, sillas y un largo etcétera. También se ha visto una tendencia a explorar la jardinería como nuevo pasatiempo.

El consumidor está viendo hacia su propio hogar como el mejor sitio para pasar el tiempo libre y vacacionar. Sí, vacacionar en lugar de destinos turísticos que tal vez no sean los lugares más seguros por el momento. El staycation (stay-quedarse y vacation-vacaciones) en toda su magnitud.

Los pequeños comercios: los posibles nuevos ganadores

Sitios como spas, resorts y otros comercios que se dedican a ofrecer experiencias de relajación a sus clientes pueden ser los nuevos ganadores en la tendencia del staycation. A pesar de que estos sitios también tienen que ofrecer las medidas adecuadas de cuidado a sus clientes, la cercanía que tienen con ellos al estar ubicados en las mismas localidades, les pueden dar una ventaja competitiva en relación a los destinos que están perdiendo visitantes por lo anteriormente explicado.

Un gran reto por delante ante el staycation

El reto para los destinos turísticos es hacerle ver al consumidor que sus instalaciones (cuartos de hotel, albercas, playas, restaurantes, bares, comida, personal… ) cuentan con todas las garantías para un alojamiento seguro y saludable. Es ahí a donde está virando la reapertura de los destinos turísticos y donde está su principal reto en la nueva modalidad.

Ya no tendrán que conformarse con alimentar la idea de la belleza del lugar y a la excelencia en el servicio. Ahora estos términos tendrán que ir acompañados de altos estándares de salud para convencer a los practicantes del staycation de que fuera del hogar también hay garantías de diversión y cuidado.

Antes ya habíamos hablado acerca del nacimiento de una nueva clase de vacaciones y turistas que apuntan más al aislamiento y el cuidado personal en lugar del contacto con otras personas. Esta es la nueva realidad de un mundo paralizado por un virus que no hace más que cerrar el cerco en torno a diversas industrias.