Por Alvaro Rattinger
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El trabajo del área de mercadotecnia está en un proceso de transformación sin precedentes, pocas actividades dentro de las empresas actuales están bajo el mismo nivel de presión. Para entender el fenómeno con mayor claridad resulta útil referirse al texto de Brynjolfsson y McAfee titulado Race Against the Machine: How the Digital Revolution is Accelerating Innovation, Driving Productivity, and Irreversibly Transforming Employment and the Economy, según los autores el ritmo de innovación tecnológica ha rebasado  la capacidad de adaptación del ser humano con efectos claros en las tasas de empleo a nivel mundial. La tecnología, exponen, será capaz de beneficiar a la sociedad en su conjunto, pero indudablemente afectará a a un gran segmento de la población que será incapaz de conseguir empleo.

Las implicaciones de la tecnología en la mercadotecnia se entienden muy bien desde dos perspectivas: la venta de tecnología a los consumidores (llámese gadgets) y la optimización de procesos de mercadotecnia (por ejemplo redes sociales o email marketing). La tercera implicación se conversa mucho menos y se dedica poco análisis: si la tasa de desempleo no logra disminuir el número de consumidores totales descenderá de manera inevitable, no sólo los que carecen de un empleo, también los responsables de soportar a miembros de la familia en situaciones menos favorables.

Consecuencias para el mercadólogo

Con respecto a los que nos dedicamos a la mercadotecnia hay dos problemas en el horizonte, el primero se refiere a encontrar un empleo correctamente remunerado. En la actualidad el egresado de mercadotecnia es afortunado si encuentra un empleo de recién egresado por encima de su colegiatura universitaria mensual, en el caso de encontrar un empleo que pague exactamente el costo mensual de ir a la universidad el retorno de inversión sería igual a los años dedicados al estudio, es decir 4 años en promedio; sin embargo, esta cuenta rápida no considera costos de oportunidad y costos de vida. En pocas palabras el profesionista promedio encontrará un Retorno de Inversión de por lo menos 8 años. El segundo problema es encontrar empresas que estén en el proceso de expansión y que necesiten de estrategas para aumentar la base de clientes.

Sin embargo, de todas las profesiones en la actualidad, el mercadólogo es el que está mejor parado (en opinión de un servidor). Es indispensable considerar que en el futuro los consumidores serán más sofisticados, además serán más escasos y sobretodo cuidarán mucho a que dedican el ingreso de sus tan preciados empleos. Esta realidad ubica a la disciplina del marketing en un lugar de alta demanda.

Esta nueva fase no será sin exigencias, como en todo trabajo creativo la remuneración tenderá a ser injusta, es decir, los buenos ganaran exponencialmente más que los malos. En este mismo orden de ideas es evidente suponer que las habilidades requeridas al mercadólogo, creativo, publicista o planner serán cada vez mayores. Idiomas, plataformas, lenguajes computacionales y cultura general son y seguirán siendo la moneda más valiosa para contratarse.

Una nueva métrica para la industria

El nuevo mercado requiere que los que se dedican al marketing observen reglas más complejas de actuar, no sólo se tratará de vender y cuidar el medio ambiente, la responsabilidad social de las empresas deberá cubrir con mayor fuerza el tema de protección y generación de empleos. Esta conversación ya se da en los debates presidenciales en los Estados Unidos de Norteamérica en los que se cuestionó a Apple por generar empleos fuera de su país de origen. En últimos años al marketing se le ha hecho responsable de las preocupaciones de los consumidores y no sólo de sus deseos de consumo. La primera expresión de este fenómeno son los requerimientos de sustentabilidad y aprovechamiento de los recursos naturales, en los próximos años veremos empresas promover su capacidad de generación de empleos en el empaque de sus productos. El empleo tiene que estar en la parte superior de nuestra lista de métricas macroeconómicas por encima de la inflación y el tipo de cambio, un consumidor sin empleo no es consumidor.

La responsabilidad de área de mercadotecnia va en ascenso en la forma de un representante de los intereses del consumidor y la empresa.

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