En el mundo del marketing, ‘stakeholder’ o públicos de interés, es el concepto que se refiere a las personas que influyen en las actividades, decisiones y reputación de una organización, bien pueden ser: empleados, proveedores, contratistas, distribuidores, clientes, entre otros. Esta definición tiene un valor especial si entendemos que las decisiones que toma una empresa no sólo afectan a los dueños y sus empleados, sino también a todo su entorno.
El talento humano es el capital más importante con el que una organización puede contar, de su desempeño, habilidad y compromiso depende en gran medida los resultados comerciales y productivos que se consigan; pero además, nadie mejor que ellos conoce y comprende el espíritu, las fortalezas y los diferenciales del negocio. Son ellos, la voz más autorizada para transmitir y dar a conocer estos atributos.
Ante la necesidad de comunicarse con los clientes de una manera honesta y que además genere un beneficio tangible, hoy las organizaciones promueven los valores de su marca a través de su activo más valioso: la voz de los colaboradores, clientes y asociados. Esta estrategia publicitaria se llama Advocacy Marketing y se ha convertido en una tendencia global con grandes beneficios.
En la actualidad, el 70% de la percepción que tienen los clientes de una marca está influenciada por la recomendación de otra persona y el 84% de los consumidores confían más en los consejos de sus amigos y familiares, entonces, ¿por qué no aprovechar este increíble impacto para convertir en embajadores de la marca a las personas que mejor conocen la organización?
Las marcas que carecen de estrategias de contenido efectivas, generan hasta un 4% de engagement en redes sociales; mientras que con campañas de Advocacy Marketing, se puede llegar a un número significativo de alcance potencial ya que se estima que los usuarios promedio en Latinoamérica tiene entre 800 y 1,000 seguidores.
Mediante el aprovechamiento de este tipo de estrategias acompañado de una herramienta tecnológica que permita optimizar el proceso y contabilizar los resultados, una empresa está en la capacidad de adelantar distintos tipos de campañas con sus diferentes públicos, quienes tienen la posibilidad de comunicar en sus redes sociales los mensajes y estrategias establecidos.
Incluso y si es bien aplicada, puede servir como una modelo de gamificación organizacional, cultura empresarial y un estímulo para aprovechar esta increíble red que comprende el ecosistema de influencia de las organizaciones.
Cuando se realiza una campaña de Advocacy Marketing con una herramienta tecnológica se consiguen métricas de valor para las empresas como son las personas alcanzadas, el nivel de engagement y el número de publicaciones realizadas por los colaboradores, al igual que el retorno de inversión.
Uno de los objetivos principales del uso de esta estrategia de marketing digital es que se mejora la relación de los diferentes tipos de colaboradores con las marcas. Una vez se empiezan a sugerir contenidos y campañas de la empresa, lo ideal es que cada persona pueda personalizar y adaptar a su estilo para generar mensajes de valor para las audiencias en las redes sociales de los “advocates”. Incluso, al final de la actividad se sugiere crear diferentes tipos de estímulos corporativos, para quienes hayan obtenido mayores interacciones.
Impactar a los clientes realmente interesados en el producto con un mensaje que genere confianza y fortalezca la reputación de la organización representa un gran beneficio para la optimización de los recursos, el clima organizacional y la reputación de marca.