En comunicación verbal y no verbal, la congruencia es fundamental y más aún cuando lo que vemos no coincide con lo que escuchamos. El pasado domingo 22 de Abril, durante el primer debate presidencial en camino a las elecciones 2018, tuvimos la oportunidad de ver quien es quien, con los cinco candidatos. Desde la manera en que se presentaron, se les vio perfectamente ataviados.
Los trajes, corbatas y camisas, eran impecables, al igual que la vestimenta de Margarita, la única mujer; en dos horas de debate fuimos testigos de dimes y diretes, ataques, propuestas (o lo que debieron ser), pero más allá de todo lo que se dijo, podemos estudiar aquello que no se dijo pero estuvo presente, y nos revela en muchas ocasiones la realidad del momento. Me refiero a la comunicación no verbal. Con ella podemos entender lo que el inconsciente nos revela, muchas veces más allá de lo que las palabras no nos dicen.
Revisemos qué fue lo que se vio:
Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”
Al inicio, lo vimos con una actitud relajada y segura, pero conforme avanzaba el debate se le notó una actitud de provocación y autoritarismo, ejemplo de ello fue al decir que “tenemos que mocharle la mano al que robe, así de simple”. Se dio tiempo incluso para hacer bromas “prometí a mi esposa llevarla al cine y no le cumplí”.
Vistió de acuerdo a la ocasión, sin embargo, fue el único que uso corbata con un estampado discreto a diferencia de las corbatas lisas de sus oponentes, lo cual denota menos sobriedad, yendo acorde a imponer su estilo propio y particular, siempre mostrando adecuado y formal.
José Antonio Meade
Mead en su comunicación no verbal, utiliza solo la mano derecha, quedándose a la mitad de la posibilidad de expandir su mensaje. En la mayoría de su ponencia se le escucha un tono de voz suave que no conecta ni impone.
Con su imagen, podemos decir que va de acuerdo con su edad, se sabe un hombre con experiencia. Se proyecta honesto, maduro, abierto y diplomático, aunque a veces estos atributos lo proyectan débil.
Andrés Manuel López Obrador
Aunque de antemano sabía que sería el centro de los ataques, en ocasiones se le vio incómodo, muestra de ello es al cruzarse de brazos, hacer muecas, resoplar e incluso apretar los labios. Se le notó contenido y aguantando la embestida. Sus constantes negaciones con la cabeza y afirmación en sus palabras, denotaron la incongruencia de su mensaje. Se le vio desordenado con el hecho buscar persistentemente sus láminas debajo del atril.
En cuanto a su imagen, siempre se ha mostrado próximo y accesible. Sus canas y edad lo proyectan como un hombre maduro y con experiencia en el campo político.
Ricardo Anaya Cortés
En diferentes momentos se mostró sonriente, mostrando seguridad y confianza. Con buenos argumentos y sabiendo comunicarlos, posicionó mensajes claros, utilizando un tono de voz adecuado. En su comunicación no verbal, tuvo algunas incongruencias al afirmar que coincidía con otros candidatos, señalándolos con el dedo pero sin hacer contacto visual, actitud que denota que está mintiendo.
Su imagen muestra a diferencia de los otros candidatos, juventud y confianza.
Margarita Zavala
Se le ve leyendo con poca elocuencia, sin terminar algunas frases y con movimientos excesivos y poco naturales. Al hablar del narco y seguridad, Margarita se pone en posición de ¾ perdiendo la postura frontal al público, dejándonos ver que se siente intimidada con el tema. Con su actitud también Margarita dejó entre ver sus rencillas y enojos contra Anaya.
Con su imagen se muestra segura, ambiciosa pero con un toque de calidez.