El problema en que se ha metido Volkswagen podría sentar un precedente para las marcas que se quiere hacer las “chistosas” durante el April Fool’s. Pues resulta que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) abrió una investigación a la unidad estadounidense de VW por un falso comunicado en el que aseguraba que cambiaría su nombre en el país a “Voltswagen”.

El suceso tuvo lugar el 29 de marzo, cuando la prensa descubrió que, en la página oficial de la automotriz alemana, había un comunicado con corte oficial, pero con fecha del 29 de abril. En él se aseguraba, de modo presuntamente oficial, que Volkswagen cambiaba su nombre a Voltswagen. Una supuesta jugada maestra de marketing para comunicar que la empresa realizaría una reconversión completa hacia los autos eléctricos. Claro, Volts, Voltios, electricidad.

El comunicado, del cual tomaron captura algunos medios como USA Today, tuvo una confirmación en las redes sociales de la empresa, donde se pudo leer: “sabemos que 66 es una edad inusual para cambiar tu nombre, pero siempre hemos sido jóvenes de corazón. Presentamos Voltswagen. Similar a Volkswagen, pero con un enfoque renovado en la conducción eléctrica. Comenzando con nuestro SUV totalmente eléctrico completamente nuevo, el ID.4, disponible hoy”, anuncio emitido el 30 de marzo. Para entonces, la campaña de marketing ya era una bomba haciendo explosión. Y no solamente eso, ese mismo día, las acciones de Volkswagen ya registraban un incremento del 5 por ciento.

El presidente ejecutivo de Volkswagen Group of America, Scott Keogh, dijo a Reuters en una entrevista el 1 de abril que el anuncio solamente se trataba de un intento por “tener algo de humor” y de “celebrar nuestro profundo enfoque en la electrificación”.

Asimismo, Mark Gillies, portavoz de la compañía, confirmó que el comunicado había sido una broma previa al Día de los Inocentes en Estados Unidos. Sí, una broma que podría salir muy cara ahora. Ahora se sabe que la SEC requirió información sobre este procedimiento, ya que sospecha que podría haber significado un movimiento de especulación deliberado y que, en los hechos, incidió en el valor bursátil de la marca en el mercado estadounidense.

Según el diario alemán, Der Spiegel, “la investigación se encuentra en una fase temprana, y a principios de abril la entidad solicitó información a los directivos de Wolfsburgo. El Grupo Volkswagen confirmó que la SEC realizó el pedido a la filial estadounidense. VW está cooperando con las autoridades pertinentes”.

No es la primera vez que VW sufre una crisis de reputación. Recordemos que Volkswagen admitió en 2015 haber utilizado un software ilegal para manipular las pruebas de emisiones de los motores diésel en Estados Unidos, algo que le costó más de 32 mil millones en multas y reparación de daños.

Era inevitable caer en esa “broma”

Tal vez el problema del humor de VW fue que su broma era bastante realista, y daba a entender que su intención era ganar participación en el mercado de Estados Unidos, donde tiene solo un 4 por ciento, lejos de su estado en Europa y China, donde disfruta de alrededor del 20 por ciento. Es decir, no había un guiño que nos dijera que todo se trata de una broma, es decir, no era tan gracioso en términos de mercado; sobre todo cuando influyó en los precios de las acciones.

Volkswagen anunció a principios de marzo, poco antes de su broma, que en 2021 duplicaría su entrega de vehículos eléctricos hasta las 450 mil unidades, pero con la mira en llegar hasta el millón globalmente. Tal vez fue esta ambición y una no tan buena idea de “joke marketing” lo que hizo que todo pareciera muy creíble, pero también lo que ahora tiene a VW en la mira de los reguladores.

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